Pablo Alborán volverá a tener a Córdoba a sus pies, como en todas sus anteriores visitas. Era de esperar que la carrera de este cantautor y compositor malagueño discurriera como va. Tuvo uno de los comienzos más fulgurantes que ha tenido un artista español en estos tiempos de fugacidad y su meteórica progresión ya le ha convertido en una de las estrellas hispanas de superventas más rutilantes de las últimas décadas. Lo realmente difícil es mantener este ritmo de pasos de gigante sin ser engullido como héroe de barro, pero de momento la fórmula es perfecta. Y él digiere los laureles y se dosifica con inteligencia.

Rozando el principio de esta década, en el panorama artístico y musical español había un hueco en el apartado romántico-lacrimógeno que tan rentable (para las emociones) ha sido siempre, y ahí estaba Pablo Alborán, en el momento justo, con su edad, guapura y saber estar. Prolífico compositor, descendiente del Marqués de Alborán, su bisabuelo, Pablo presentó casi cuarenta canciones para seleccionar cuando entró en la discográfica (Warner), a la que artistas como Sergio Dalma y Diana Navarro le habían dado un buen espaldarazo para conquistar. Todo ello y unos textos cuyo habitual campo semántico (alma, boca, vida, tú, mi, contigo…) es como tener siempre un póker de ases de una baraja irrompible y que nunca caduca, iban configurando el podio seguro. Es el amor y su eterno filón.

Primero fue el modesto campo de Enrique Puga, más tarde el Gran Teatro, en formato cercano, después, ya con gran montaje y parafernalia, en el campo del Fontanar. Y ahora salta al coso de Los Califas, sede de grandes eventos musicales recientes. Miles de fans hacen cola para verle en todas sus giras (cuatro hasta ahora) pensando que él canta lo que ellas y ellos sienten y, entre suspiros, se les ilumina la cara por ver a su probable e identificada alma gemela en el escenario. Alborán dio en el clavo.

Con media docena de discos, entre estudio y directos, y un palmarés de premios ya muy considerable, Pablo Alborán se erige como un artista integral que compone, canta, y toca varios instrumentos. Eso sin contar su porte mediático y espontaneidad frente a las cámaras en sus intervenciones en televisión, con varias ofertas extra musicales que, de momento, ha declinado, al parecer con acierto.

El autor de la famosísima canción que terminó de encumbrarle, Solamente tu, tras una pausa de tres años de retiro que consideró necesarios para descansar de tanta vorágine de giras y escenarios, anunció que estaba terminando de preparar el que sería su cuarto disco de estudio. El tercer single del álbum, Prometo, dio nombre al disco, publicado en el 2017, y también a esta gira que llega a Córdoba después de haberse paseado por toda América desde marzo de 2018.

Apenas una semana después de su salida, Prometo arrasó y así lo muestran los números. Y es que tras su primera semana el disco recopiló más de cuarenta mil copias vendidas. Así el último álbum del cantante se colocó en lo más alto de las listas de en España. En el 2018 colgó el cartel de sold out en festivales de la talla de Starlite Festival.

Esta macro gira, la cuarta del malagueño, cuenta con todos los atractivos y avances técnicos de las grandes citas, como pantallas, sonido e iluminación realmente espectaculares. Junto a Alborán en el escenario se encuentran músicos de la talla de Adrián Schinoff en los teclados, Carlos Martín con la percusión y vientos, Lolo Álvarez a cargo de los coros, guitarra y dirección musical, José Marín con la guitarra y coros, David López en la batería y Antonio de Haro con el bajo y coros.

CÓRDOBA

PLAZA DE TOROS

SÁBADO 11

21.30 HORAS