La pandemia suspendió las bodas y con ellas las despedidas de solter@, esa peculiar forma que tienen los que se van a casar de celebrar la entrada en un nuevo estado civil. Y como no podía ser de otra manera, la Feria de Córdoba ha vuelto a recibir este año un aluvión de grupos segregados por sexos procedentes de todos los rincones de España.
Moi, que dará a Teresa el sí quiero el 25 de junio, ha viajado desde Manzaneque (Toledo) acompañado por diez amigos que le colocaron nada menos que un poncho mexicano, gorro de lana incluido, para pasear palmito por El Arenal. Con amigos como estos...
Marta tuvo más suerte y tras volar desde Mallorca para reunirse con sus amigas de Madrid, Toledo y Pozoblanco, se encontró con un trajecito blanco y un velo de lo más mono. «Menos mal que han sido buenas conmigo», comentó aliviada y contenta.
La madrileña Azucena tuvo que conformarse con el clásico delantal de lunares y la flor que sus amigas le colocaron en el pelo antes de lanzarse a la Feria. «Venimos de Alcorcón, donde no hace precisamente mucho fresco, pero la verdad es que aquí hace un calor que te mueres», comentaron, sin saber que todo, incluida la subida repentina del mercurio, forma parte de la broma.
Las más prevenidas venían vestidas con traje fresco y blanco. Ese fue el color elegido por las amigas de Amanda, una joven portorriqueña residente en La Rioja que viajó desde la tierra del vino tinto con sus amigas para celebrar el final de su soltería, que se producirá el 31 de julio, cuando suba al altar junto a Arturo. Toda una vida de amor bien vale un fin de semana de desenfreno y calor cordobés. Que lo disfruten.
