Son los más pequeños, pero se han adueñado este miércoles de la Feria de Córdoba a base de ilusión, ganas acumuladas y primeros descubrimientos. Si ya la Calle del Infierno estaba siendo un clamor entre niños y adolescentes, después de dos años sin Feria por la pandemia de coronavirus, este miércoles se ha hecho más especial el día entre unos infantes que han recordado lo que era, después de tanto tiempo, un mayo de feria en Córdoba.
Los hay, por supuesto, que habían abandonado por última vez el recinto ferial de la mano de los padres y, este año, vuelven, solos, a descubrir la nueva fiesta. "El grande ya lleva desde el otro día con los amigos para arriba y para abajo", cuenta Natalia. A su lado, unos ojos abiertos, con seis años de ilusión de fondo, contemplan una calle abarrotada de semejantes que dan vueltas, gritan y se entregan a los enredos de unas atracciones repletas.
El día para los niños, con descuentos del 50% en cada viaje, no es solo una jornada especial para los más pequeños que, sin oposición alguna, se dan a la diversión y a la exploración de más de 38 atracciones. Detrás de la alegría, puede observarse el alivio de unos padres que, por un día, pueden dejar de negar un viaje detrás de otro. Porque, antes de la Feria, la pandemia ha lastrado las economías de algunos hogares. "Por un día venimos a que se harten de disfrutar. No se puede todos los días, hay que mirar por el dinero, pero hoy echamos aquí la noche", reconocen José y Estefanía.
Y entre los adolescentes está claro el objetivo: "Hombre, antes de que venga otro virus hay que aprovechar toda la feria", dice eufórico un grupo de chavales casi al unísono junto a los coches de choque. Así, la Calle del Infierno se ha convertido este miércoles en el paraíso de niños y algunos más crecidos, en uno de los días más especiales de la feria.
