A veces se olvida que los suelos empedrados, pese a su belleza, no son los más cómodos para pasear y si no que se lo digan a la delegada del Gobierno central, Carmen Crespo, que acudió ayer a un acto celebrado en el Alcázar y tuvo que pasear cogida del brazo del subdelegado, Juan José Primo Jurado, para evitar una caída con los tacones. Eso sí, el entorno era una maravilla.