Los populares

El PP teme que la irrupción del debate sobre ETA en el final de la campaña frustre sus expectativas

El debate sobre el terrorismo beneficia a priori a sus competidores: a Vox, por la derecha, y al PNV, por el centro

El PSOE confía en una nueva coalición con el PNV y no ve riesgos para Sánchez

paseo

paseo / Diego Puerta / PP

“Esta campaña no nos interesa polarizar. Hablar de ETA solo le irá bien a Vox y al PNV”, decía un político del PP vasco en privado días antes de que empezara la campaña para las elecciones del domingo en Euskadi. Sin embargo, las reticencias de Pello Otxandiano (EH Bildu) para admitir que la banda cometió actos de terrorismo ha introducido en el debate este asunto, que había estado orillado hasta entonces por las propuestas sociales y económicas que los partidos proponen a la ciudadanía vasca. Esa irrupción, según miembros de la dirección nacional y también del PP de Euskadi, puede dañar las expectativas que tenían los populares, que aspiraban saltar de los 6 escaños actuales a 8-9 y quitarle a Vox el único que tiene en estos momentos.

La confesión del dirigente del PP sobre la “polarización” revela la paradoja de los populares: en campaña han evitado hablar a fondo de la banda terrorista ETA pese a haber estado años sacándola en muchos de sus discursos cuando no era el tema del debate. Empezó a aplicar esa estrategia Pablo Casado como líder del PP en la oposición, en 2018, y ha continuado Alberto Núñez Feijóo, desde que cogió las riendas de la formación, en abril de 2022.

La muestra más reveladora de que era un tema a evitar fue la visita que Isabel Díaz Ayuso hizo a Bilbao el pasado martes. Ayuso, una de las dirigentes populares que más se han apoyado en el terrorismo etarra para atizar a Pedro Sánchez por sus alianzas parlamentarias con EH Bildu en el Congreso y otras instituciones, no hizo ni una referencia a ETA y, por contra, se sumó a una de las líneas estratégicas de la campaña del PP, que ha sido la de recuperar el discurso centralista para intentar quitar votos al PNV. Feijóo los calificó este viernes de "fariseos", los ve unos hipócritas por "demonizar" a EH Bildu y después pactar con ellos en las instituciones. Los populares temen que los ciudadanos, tras el episodio de Otxandiano, se refugien en el voto al PNV para frenar la posible llegada de EH Bildu a la lehendakaritza.

Crecer en Álava

Feijóo y Javier de Andrés, que se estrena como cabeza de cartel, querían “una campaña vasca, con temas vascos”. El presidente del PP, de hecho, ha estado dos de los cinco días de esta semana en Catalunya con el objetivo de dejar espacio a los altos cargos en Euskadi. Las elecciones catalanas, el 12 de mayo, le interesan mucho al PP porque, a priori, pueden ser más dañinas para el futuro de Sánchez que las de Euskadi. Tanto PNV como EH Bildu han asegurado que no dejarán al jefe del Ejecutivo en la estacada pase lo que pase con la presidencia de Euskadi. Ni ERC ni Junts han dicho nada semejante.

Los de Feijóo dan por hecho que sacarán claramente más escaños que los seis de las autonómicas de 2020, cuando reunieron 60.650 votos e iban en coalición con Ciudadanos, un partido que ya está desaparecido allí. Vox consiguió 17.569 y una parlamentaria. Los de Santiago Abascal esperan mantenerla. Es por Álava, la provincia que 'más barato' tiene el escaño al ser la de menor población y repartir el mismo número de diputados que Vizcaya y Guipuzcoa: 25. De hecho es en Álava donde los populares esperan pasar de tres escaños a cuatro o cinco.

El voto dual

Feijóo dijo en un mitin el viernes por la mañana que quería que cogieran la papeleta del PP los mismos 130.000 vascos que la seleccionaron en las elecciones generales del pasado mes de julio. Es bastante improbable que eso ocurra, porque supondría que al PP no le ha afectado el fenómeno del voto dual que se suele dar en los territorios donde hay partidos nacionalistas. Ese fenómeno consiste en que un elector apoya a un partido u otro según el ámbito de los comicios. En Catalunya, el ejemplo más paradigmático se dio durante décadas con CiU (Generalitat) y PSC (ayuntamientos, en concreto el de Barcelona).

Los populares fantasean con que la aritmética del resultado, aunque sea desde los 7 u 8 escaños, les permitan ser decisivos para el Gobierno de Euskadi. Eso podría ocurrir con una hipotética victoria de EH Bildu y con una entente de PNV y el Partido Socialista de Euskadi (PSE) que necesitara a los populares para la gobernabilidad, para sacar presupuestos y leyes. "Nuestro apoyo en ese caso no sería gratis. Lo de apoyar a [Jaume] Collboni [en la alcaldía de Barcelona] sin nada a cambio se ha acabado", apunta un vicesecretario, que concreta que serían en "términos de políticas vascas", sin afectar a las alianas del Congreso de los Diputados.