CICLO ELECTORAL

El PSOE se impacienta con la división a su izquierda: "Tienen que reflexionar, nos va mal a todos"

En Ferraz solo aluden a las dificultades para la suma del bloque progresista, sino también a las complicaciones para la gobernabilidad por la confrontación entre los actores del espacio confederal

Las encuestas no garantizan la representación de Sumar en el Parlamento vasco, lo que obligaría a buscar otros apoyos si el PNV y el PSE no alcanzan la mayoría de 38 escaños

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en una imagen de archivo.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en una imagen de archivo. / EP

Iván Gil

La fragmentación del espacio a la izquierda del PSOE genera preocupación en Ferraz. Las encuestas siguen empujando a la baja a Sumar y en las elecciones vascas dibujan la amenaza de que se repita el escenario de las gallegas, donde tanto el partido de Yolanda Díaz como Podemos se quedaron sin representación. Los socialistas rechazan cambios en su relación con Sumar si el ciclo electoral se cierra con los peores pronósticos para su espacio a la izquierda, pero sí consideran que "tienen que reflexionar". "La división nos va mal a todos, es algo empírico", concluyen desde la sede federal.

No se trata solo de las dificultades para la suma del bloque progresista, sino también de la confrontación entre partidos progresistas que hace más compleja la gobernabilidad en una situación sin margen para la geometría variable. El choque entre Sumar y Podemos, lamentan, “no es camino”. El primer gran revés para el Gobierno se produjo por el rechazo de los diputados morados al decreto sobre el subsidio de desempleo que promovió el ministerio de Trabajo. Su ruptura ya rememoró el fantasma de las pasadas municipales y autonómicas, en las que la dispersión del voto a la izquierda del PSOE contribuyó en buena medida a que no pudieran revalidar el poder territorial al quedarse si apoyo. La relación entre ERC y Sumar tampoco pasa por su mejor momento después de que los Comuns tumbasen los presupuestos de la Generalitat.

El hecho de que Sumar y Podemos se encuentren según las encuestas unas décimas por debajo del límite del 3% para lograr representación en las elecciones vascas intensifica la desconfianza en Ferraz sobre que el PNV se vea tentado a apoyarse en EH Bildu si no suma con los socialistas vascos. Los últimos sondeos que la ley electoral permite publicar antes de las elecciones dan una mayoría ajustada de 38 escaños a jeltzales y socialistas.

En Ferraz creen que desde el PNV no están siendo del todo claros en sus mensajes sobre los pactos postelectorales a la espera de los resultados. En la dirección del PSE corroboran que la tentación de los nacionalistas vascos a no reeditar su coalición dependerá de los resultados y del clima con el que se salga de las urnas el próximo domingo. “El gobierno de coalición sería posible con menos de 38 escaños, pero se lo pensarían”, apuntan las mismas fuentes asegurando que en caso de no pactar tratarían de acordar durante la legislatura con los aberzales. En el PSE no se olvida el hecho de que en 2011 el PNV ya permitió gobernar a Bildu tanto en la diputación foral de Guipúzcoa como en San Sebastián.

La conformación de la lista para las europeas ha visibilizado las tensiones entre los partidos que conforman Sumar e Izquierda Unida mantiene en el aire la decisión de concurrir en solitario. Los socialistas restan importancia al afecto de la fragmentación en su izquierda porque al tratarse de un sistema de circunscripción única hay más posibilidades de convertir los votos en representación. Sin embargo, alertan sobre los resultados que tiene la tendencia a la división.

Política de bloques

Los cálculos en Ferraz son que existe una bolsa de votantes de izquierda de alrededor un millón de electores que nunca elegirían su papeleta, por lo que consideran necesario movilizarlos y transformarlos en representación institucional en un contexto de política de bloques. "Aglutinar bien, tres candidaturas a la izquierda del PSOE, mal”, resumen en la dirección de Ferraz.

Según las encuestas que manejan los socialistas, en línea con las publicadas, en Euskadi el voto que pierden Podemos y Sumar se está trasvasando al Bildu. Como en Galicia ocurrió con el BNG. Una mala noticia para sus intereses porque ante la posibilidad de no sumar con el PNV la mayoría de 38 escaños no podrían apoyarse en su izquierda para facilitar la gobernabilidad. Y es en este punto en el que desconfían de los jeltzales para reeditar la coalición y amenazar su capacidad para convertirse en llave.

La suma con el PNV

Todo el discurso del PSE durante la campaña se centra en poner en valor la baza de ser la llave de gobierno. Su papel para arrastrar al PNV a la izquierda, si logra mejorar el respaldo de las urnas, y empujar “una agenda de transformación, no de mera gestión”. Conscientes de que el PNV no está en su mejor momento, arrastrando cierto hartazgo como demostraron las últimas municipales y forales, el candidato Eneko Andueza viene asociando a las siglas del PSE la bandera de la “ambición” que podría diluirse si para la gobernabilidad entra en juego un tercer actor.

Por otra parte, en el PSOE dan por descontado que un fuerte ascenso de EH Bildu, ‘sorpassando’ al PNV aunque no pueda gobernar, subiría el precio de sus acuerdos en el Congreso. Un aumento de sus exigencias a cambio de sus votos comenzando por los próximos Presupuestos. Por la legitimidad de las urnas, pero también por cobrarse doblemente lo que no pudieron rentabilizar en campaña al prorrogarse las cuentas públicas. Los jeltzales, que al contrario que Bildu firmaron un pacto de investidura, recibieron los primeros réditos a su hoja de ruta en Madrid antes de convocarse las elecciones en forma de traspasos de competencias.

En Moncloa y Ferraz apuestan por una legislatura de largo recorrido. No por ello dejan de mirar a la situación del espacio a su izquierda y los invitan a hacer un “análisis” después del actual ciclo electoral. La gobernabilidad depende en buena medida de ello, además de las opciones de un bloque progresista menguante.