Análisis

El precio de la investidura: el plan de Urkullu

Ainhoa Uribe.

Ainhoa Uribe.

Ainhoa Uribe Otalora

Aprovechando la debilidad de Pedro Sánchez, que necesita los votos nacionalistas para su investidura, vascos y catalanes ven una oportunidad de oro. Por ello, el pasado 30 de agosto, el lehendakari Iñigo Urkullu publicó un artículo que recogía la hoja de ruta para cambiar el modelo territorial del Estado, al margen del sistema de reforma establecido en el artículo 168 de la Constitución. Urkullu propone una nueva forma de interpretar nuestra Carta Magna. Esa reinterpretación sería realizada por un órgano nuevo denominado “convención”, que no tiene ninguna base legal ni constitucional. Se trata de una reforma encubierta de la constitución que 'Mortati' denominaría un procedimiento de reforma constitucional “aristocrático”, en el cual se excluye toda intervención directa o indirecta del pueblo español, el legítimo soberano. Analicemos su planteamiento:

1. “Las elecciones generales del pasado 23 de julio han ratificado la diversidad y pluralidad en el Estado”, en opinión de Urkullu. La realidad sociológica muestra una foto algo diferente. A saber, estaban llamados a las urnas 37.466.432 de españoles y según los resultados oficiales, el voto nacionalista (vasco, catalán y gallego) sumado alcanzó la cifra de 1.616.988 votantes, es decir, el 4´3% de total. Del mismo modo, en sus respectivos territorios, PNV y Bildu sumaron el 48% del voto vasco; los nacionalistas catalanes (ERC, Junts y CUP) el 25% y el nacionalismo gallego (BNG) el 9.48%. Ello pone de manifiesto que son más los ciudadanos que creen en nuestro país que los que querrían romperlo, siendo las élites territoriales independentistas quienes tergiversan la realidad y promueven un discurso de odio y rechazo a España. España es diversa y plural, pero quiere seguir siendo España.

2. “¿Por qué en un Estado sólo puede haber una Nación?, se pregunta Urkullu. Ninguna constitución europea reconoce más de una Nación, y salvo países como Bolivia y Ecuador, con un fuerte componente indigenista, en nuestro entorno occidental no se reconoce la plurinacionalidad. Desde la revolución norteamericana la unidad de la Nación es un axioma que implica la existencia de un ordenamiento jurídico único, al que se someten por igual los ciudadanos, sin distinción de derechos y deberes según el territorio de pertenencia.

3.  “¿Porque el Estado español no puede ser plurinacional como lo fue en la práctica hasta el Siglo XVIII?”. Lo que se propone es volver las leyes feudales de los fueros y privilegios, contrarias a la modernidad, a la igualdad o la solidaridad entre territorios. Por otra parte, por mucho que los nacionalistas utilicen la expresión “Estado español”, España existe y es una Nación, una de las más antiguas de Europa. Negar una realidad a base de no nombrarla es algo propio de los populismos, y tiene por objeto introducir la idea de que España es ajena a ellos. Justo lo contrario de lo que se hace con la Nación vasca, convertida en Euskadi, la patria soñada, la patria propia.

4.  El Estado autonómico ha sufrido un proceso de involución y se ha “recentralizado”. Si ello es así no se explica por qué España es el Estado más descentralizado del mundo superando al resto de Estados federales. Los niveles de poder político, capacidad legislativa y las competencias asumidas por las comunidades autónomas desmienten esa supuesta involución, amenazando incluso la igualdad y solidaridad entre los ciudadanos españoles.

5.  “Se promovió el café para todos”. Efectivamente, se dio libertad a las provincias para convertirse en comunidades autónomas. Lo que se reprocha aquí es esa igualación entre territorios, porque, para Urkullu, los ciudadanos de esos territorios no gozan de la misma condición, no siendo aptos para aspirar a tener su propia comunidad autónoma.

6.  “No adoptar decisiones que afectan al autogobierno en base a las mayorías políticas en el Estado”. El Urkullu rechaza que el Congreso y el Senado, legislen sobre el autogobierno vasco, olvidando que la Comunidad Autónoma Vasca no es un ente de derecho divino, sino una institución creada por un Estatuto de Autonomía aprobado mediante una Ley Orgánica en las Cortes Generales. Negar su capacidad legislativa a las Cortes es impensable en cualquier país democrático, y conduce inexorablemente a otro tipo de regímenes políticos no democráticos.

7.  “Las comunidades autónomas no tienen representación directa en el Tribunal Constitucional”. Efectivamente, el TC español tiene un sistema de elección similar al de otros Estados federales. En Estados Unidos los miembros del Tribunal Supremo, y en Alemania los magistrados del TC, son elegidos por votación en las cámaras legislativas federales, no por los parlamentos regionales.

8. “Tampoco podemos aceptar que se impida al pueblo vasco manifestar su voluntad”. Los ciudadanos vascos mostraron en 1978 su voluntad de aprobar el sistema constitucional con un 69% de votos a favor, y pueden manifestar su voluntad en elecciones nacionales, autonómicas, locales y europeas. No se entiende por qué se introduce el aserto falso, salvo si se está haciendo referencia a convocar un referéndum de secesión e independencia para eliminar la unidad de España (artículo 2 CE).

9.  El concierto económico y su negociación bilateral es el modelo a seguir para alcanzar un nuevo pacto sobre la base de la actualización de los derechos históricos. Se trata de negociar un nuevo estatuto territorial al margen del modelo territorial del Título VIII de la Constitución y de sus principios fundamentales de igualdad, legalidad, seguridad jurídica y solidaridad. Se pretende cambiar el modelo aprobado por todos los españoles en referéndum, mediante una negociación bilateral. Esta negociación se llevará a cabo sobre la base de sus “derechos históricos”. Unos derechos que nunca se conformaron como leyes o normas únicas para todo el territorio vasco, sino en una infinidad de normas forales diferentes, según territorios, hermandades, municipios o villas. Fijar el contenido de ese derecho histórico supone alterarlo, reinterpretarlo y unificarlo, en pro de la defensa del privilegio y la negación de la igualdad.

10. “Una convención para pactar una interpretación sobre todo aquello que la Constitución de 1978 no ha resuelto bien en relación con la cuestión territorial”. En Estados Unidos existe la posibilidad de convocar una convención, para introducir enmiendas a la constitución, pero se regula en su Constitución (artículo V), no al margen de ella. Además, en Estados Unidos se exige que las propuestas de modificación sean ratificadas por las asambleas de todos los Estados. Por otro lado, el modelo territorial español es plenamente homologable en cuanto a su funcionamiento y configuración con cualquier sistema federal. Es más,  ningún modelo territorial será válido para las fuerzas políticas nacionalistas, que pretenden como fin último lograr la independencia. Urkullu pide además “pactar una interpretación constitucional específica que sin necesidad de modificación previa de la Constitución hiciese posible un avance sustancial en el carácter plurinacional del Estado”. Sin embargo, el artículo 2 establece con claridad la indisoluble unidad de la Nación española. Si esa Nación se divide en varias, la vulneración es evidente y no es reconciliable con ningún tipo de interpretación creativa de la Constitución.

 En conclusión, la propuesta del Urkullu quiebra nuestro sistema constitucional, un sistema que ha garantizado 45 años de democracia y progreso, solo perturbados por la violencia terrorista cometida al amparo de las ideas que ahora se intentan imponer por la puerta de atrás a los españoles. 

*Ainhoa Uribe Otalora es Catedrática de Ciencia Política y vicerrectora de Internacionalización de la Universidad CEU San Pablo