Gobierno de PSOE y Podemos

No volverá la sintonía a la coalición: Los socios asumen que deben volcarse en su discurso electoral

La tensión entre los dos partidos escala más allá de la reforma de la ley del 'sólo sí es sí', con las diferencias sobre la guerra y los precios de los alimentos, y el PSOE lo atribuye a "puro electoralismo"

Pedro Sánchez, durante su intervención en el Congreso.

Pedro Sánchez, durante su intervención en el Congreso. / EFE

Marisol Hernández

El Gobierno de coalición no se rompe pero abre una fase distinta. A la enorme tensión interna sobre la reforma de la ley del 'sólo sí es sí', se han sumado en las últimas semanas más controversias como las medidas para tratar de reducir el precio de los alimentos o el papel de España frente a la invasión rusa de Ucrania que Unidas Podemos ha utilizado para diferenciarse del PSOE.

Para el bloque socialista estas polémicas, en las que los 'morados' han elevado el tono de sus críticas, son una prueba más de que sus socios -fundamentalmente el núcleo duro de Podemos, las ministras Irene Montero e Ione Belarra- han emprendido un nuevo camino. No abandonarán el Ejecutivo, porque esta decisión no presenta ningún incentivo y sus votantes no lo entenderían, pero se alejarán cada vez más del PSOE porque creen que les beneficia de cara a las elecciones autonómicas y municipales de mayo y en las generales de final de año. Todo es "puro electoralismo", resume un miembro del Gobierno.

Los socialistas aceptan la fórmula de esta nueva cohabitación y consideran que a ellos, que dieron un paso decisivo en la defensa de sus propios intereses electorales con la presentación en solitario de la modificación de la ley del 'sólo sí es sí', también les favorece alejarse de Podemos. Siguen juntos pero menos implicados en proteger a diario la coalición.

Ellos, explica un diputado sobre el socio minoritario, "se van a dedicar a marcar posición" porque 2023 no es un año "de gestión". La producción legislativa del Gobierno será menor y se acentuarán, defienden, las diferencias en el Congreso. "No habrá iniciativas legislativas en común y, de hecho, cada vez más votamos de manera distinta", como prueba que la semana pasada se pronunciaron de diferente modo sobre la propuesta de ERC de encarecer el coste del despido. El PSOE, en contra, y Unidas Podemos, a favor. Este tipo de disfunciones irá en aumento, pronostican en el grupo parlamentario. Una lectura que se comparte en el Gobierno y en el partido. "Observamos cómo se posicionan y fijan perfil propio pero sin romper" porque nadie quieren asumir, defienden, "el coste de dinamitar el primer Ejecutivo de coalición progresista".

Gestión de izquierdas como marca electoral

A lo largo de la legislatura ya ha sido una tónica general que Podemos se reivindicara como el impulsor de las medidas sociales aprobadas por el Ejecutivo. Ahora, explican en el PSOE, van a vender aún más que "son la garantía de que se hacen políticas de izquierda", que todo lo bueno que se hace es "gracias a ellos". Esa será, señalan, su marca electoral, "poner en valor la gestión del Gobierno" pero "apropiándose de todos los aspectos más positivos".

Otras fuentes socialistas ven también en esta actitud un intento de marcar perfil frente a Yolanda Díaz, antes de que se aborde de verdad la negociación para ir juntos a las generales y la verdadera batalla que es el peso de Podemos en las listas electorales y el puesto de Irene Montero, que reclama ir de dos tras la vicepresidenta segunda en la plataforma Sumar. Quieren convertir el enfrentamiento clásico entre un candidato y el aparato, sostienen en el grupo, en una batalla entre la candidata (Díaz) y los "verdaderos defensores de las esencias de la izquierda" (Podemos).

A esta pretensión atribuyen que haya crecido la belicosidad en los discursos tanto de la ministra de Igualdad como de Ione Belarra. "Quieren trasladar que Yolanda Díaz es una marioneta en manos de Pedro Sánchez y que las únicas capaz de plantarle cara son ellas". Esta guerra interna provoca, apuntan, que en el Congreso haya que hablar con varios interlocutores, los partidarios de la vicepresidenta, por un lado, y los de las ministras de Podemos, por otro, porque "entre ellos no hay comunicación". Algo que desde hace meses sucede también en el Gobierno.

"Nadie está alarmado"

Pero, por ejemplo, el espacio de Unidas Podemos está actuando con bastante sintonía en la reivindicación de que se deben tomar más medidas para lograr bajar el precio de la cesta de la compra. Aunque se han lanzado propuestas distintas la reclamación es común. Desde la formación morada algunas fuentes reconocen que sí, que efectivamente, se ha elevado el tono contra el PSOE, aunque opinan que también lo han hecho ellos contra Podemos. "Nadie está alarmado", una afirmación que corroboran también los socialistas. "Todos lo encajamos". El PSOE, aseguran los morados, "también está en otra fase porque entramos en periodo electoral y ahora todos tenemos que marcar nuestro perfil". "Entienden que Podemos lo haga".

Otras fuentes de Podemos matizan que su comportamiento se guie por un interés electoral. No asumen que sea la motivación de su rechazo a la reforma de la ley del 'sólo sí es sí' planteada por el PSOE y recuerdan que llevan meses con la demanda de topar el precio de los productos básicos y que en un año no ha cambiado su postura sobre la guerra. "Ya se pidió en el debate del estado de la nación (en julio pasado) a través de un impuesto a los supermercados", destacan. "Y sobre la guerra siempre hemos dicho mismo". La realidad, frente a las acusaciones de electoralismo, es que "somos dos fuerzas políticas diferentes, con posicionamientos e intereses diferentes".