Moción de censura

Los socios de Sánchez quieren que "el chiste" de Tamames en el Congreso pase rápido

Los grupos que facilitaron la investidura de Pedro Sánchez se tantean sobre si conviene acordar alguna fórmula que al menos reduzca la duración del debate de la moción de censura de Ramón Tamames, que mayoritariamente ven como "una pérdida de tiempo"

Gabriel Rufián en el pleno del Congreso de los Diputados

Gabriel Rufián en el pleno del Congreso de los Diputados / EFE

Ángel Alonso Giménez

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, intervino una sola vez ante el pleno del Congreso el 21 de octubre de 2020, primero de los dos días dedicados al debate y votación de la moción de censura que lideró Santiago Abascal para intentar echar a Pedro Sánchez de la Presidencia del Gobierno.

Durante algo más de un minuto, dijo cosas como ésta: “No vamos a contribuir a un uso espurio del instrumento parlamentario de la moción de censura por parte de un partido político que presenta un candidato por eliminación, porque no les quedaba ningún otro, después de las calabazas que habían recibido de otras personas a sus ofrecimientos”.

Y como ésta: “Un candidato que no aspira no ya a conseguir ser investido ni a gobernar, como ha hecho explícito, sino ni siquiera a conseguir el apoyo de ningún grupo político; que, consecuentemente, no presenta un programa para el entendimiento entre diferentes y lograr una mayoría parlamentaria, sino una mezcolanza de ideas simplonas y contradictorias para la siembra de cizaña y odio”.

Y como ésta también: “Un candidato cuya propuesta de Gobierno consiste en ilegalizar a quienes no le gustan, incluido mi propio partido. Un candidato que presenta una moción de censura inútil en plena pandemia y en mitad de una crisis económica y social galopante, y lo hace con el único propósito confesado de convocar elecciones que complicarían aún más el panorama”.

Aitor Esteban, visiblemente enfadado, terminó así: “Abascal no es un candidato, es el no candidato, y el Partido Nacionalista Vasco no contribuirá a dar protagonismo a esta patochada de moción de censura. Evidentemente, votaremos no. Puede pasar el siguiente turno, señora presidenta, y utilizar los 29 minutos que no he utilizado yo”.

La reflexión de Gabriel Rufián

El pasado jueves por la mañana, tras conocerse que Vox registrará una moción de censura más contra Pedro Sánchez, y que lo hará este lunes, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, reunió a su equipo de colaboradores para plantear qué hacer en señal de protesta contra semejante maniobra del partido de Abascal. Revisaron el reglamento del Congreso para ver si entre sus líneas irrumpía alguna señal. Las primeras lecturas indicaron que no, más allá de la obviedad de expresar la quejas durante el debate.

Dicen fuentes parlamentarias a este medio que Rufián habló con portavoces de los grupos que formaron el bloque de investidura de Pedro Sánchez. En su gabinete también efectuaron los contactos correspondientes. Sopesaron varias ideas, algunas para consumar conjuntamente, otras para llevar a cabo individualmente. No quedaron en nada concreto. La búsqueda de la fórmula se retomará este lunes. Las opciones de que varias formaciones pacten una pauta de comportamiento se vislumbran remotas. Pero el movimiento comenzó el jueves, existe y existirá al menos durante la semana en curso.

Según indican las fuentes consultadas, los tanteos cubren básicamente al conjunto de formaciones que, junto al PSOE y Unidas Podemos, configuran la mayoría de izquierdas de la Cámara. ERC, PNV, EH Bildu, BNG, Más País, Compromís… De la dirección socialista sale una certeza: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intervendrá y aprovechará en lo que pueda la licencia que le otorga el reglamento: poder intervenir cuando desee. 

De la dirección de Pablo Echenique, los interlocutores recibieron noticias difusas. Por un lado, la necesidad de dedicar la ocasión a desmontar los argumentos de la extrema derecha y de la derecha. Por otro, el temor a darle demasiada importancia.

De lo que se trata, básicamente, es de evitar que el debate de la moción de censura dure mucho. De lo que hablaron el pasado jueves, más allá de cavilaciones sobre qué fórmula pactar y desplegar, juntos o por separado, es qué hacer para acabar pronto con “la pérdida de tiempo” de una moción de censura que no cuajará, que quizá no recabe ningún apoyo más y que postula como candidato a un señor de casi 90 años.

Respeto a Tamames. Pena por Tamames

El portavoz del PDeCAT, Ferrán Bel, adelanta lo que hará cuando llegue su turno en el debate de la moción de censura. “Saldré a la tribuna; diré que Ramón Tamames fue una figura muy importante en mis inicios de estudiante de Economía. Aprendí mucho con sus manuales. Pero le diré que me da lástima que sea partícipe de la moción de censura de Vox y que, desde el respeto que le tengo, votaré ‘no’. No creo que tarde más de 30 segundos”.

Las palabras del diputado catalán ilustran la sensación mayoritaria ante el ardid de Vox con Tamames. Desconcierto, como poco. Hasta en el PP y Cs, formaciones que no disimulan sus ganas de acabar ya con el Gobierno de Pedro Sánchez, se encuentran perplejos. El líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, tildó de “show” el evento que se avecina. Avanzó el voto de su grupo, la abstención. 

Son más beligerantes en el bloque progresista. En EH Bildu hablan de “mal chiste”, de “ejercicio innecesario” y de “pérdida de tiempo”, ya que el Congreso va a a “desperdiciar dos días” de agenda legislativa por culpa de la moción. Joan Baldoví, de Compromís, afirma a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que la sesión será, simple y llanamente, una “patochada”.

“Es lamentable que un señor con el prestigio del profesor Tamames arruine su trayectoria con esta patochada. Una patochada que persigue desprestigiar las instituciones, hacer ruido e intentar beneficiar a un partido de extrema derecha. Si encima ha pactado temas en los que no entrar –como ha trascendido–, no sé qué narices hace prestándose a esto. Una pena”, reflexiona el diputado valenciano. En el entorno de Íñigo Errejón, Más País, no salen de su asombro.   

Precisamente fue el asombro lo que llevó a Rufián a reunir a su equipo y sondear a los grupos progresistas del Congreso. ¿Cómo tratar a Tamames políticamente más allá del respeto? ¿Hay que favorecer el debate ‘normal’ de la moción de censura o abreviarlo todo lo que se pueda ante la impresión de que Vox está usando el Congreso de forma espúria? Porque justo es eso lo que piensan numerosos grupos parlamentarios, tal y como han verbalizado sus fuentes. 

Las de Esquerra precisan al respecto que la moción es un instrumento absolutamente democrático y que, por tanto, nada hay contra él. Lo que denigran en la formación catalana, añaden, es el uso que le está dando Vox.

16 horas y 35 minutos

El PNV tomará la decisión sobre cómo actuar en el debate de la moción de Vox con “total autonomía”. En principio prefiere zafarse de acciones conjuntas o fórmulas pactadas. Ana Oramas, de las diputadas con más bagaje en el Congreso, deja claro que intervendrá si los demás intervienen. Coalición Canaria, su partido, ya sabe qué votará, que es “no”, pero tampoco quiere renunciar al uso de la palabra si todos los demás partidos recurren a ella.

La decisión conjunta, si se produce, puede que tarde, no obstante. La Mesa del Congreso no verá la moción hasta el martes 7 de marzo, si no se reúne antes fuera de su agenda habitual, que puede ser. Si la iniciativa cumple los requisitos (número de diputados firmantes, fijación de candidatura…), la calificará e informará de ella a la Presidencia del Gobierno y a los portavoces parlamentarios. Abrirá un plazo de dos días para que otras formaciones presenten otras mociones. Será una Junta de Portavoces la que formalice la fecha del debate y su desarrollo. 

El reglamento, con todo, tasa el orden y los tiempos: la primera alocución será de un diputado/a firmante de la moción; la segunda, del candidato. El Gobierno puede intervenir cuando lo pida, y no tiene por qué ser Sánchez solamente. En el debate de octubre de 2020 salieron a la tribuna el presidente y el entonces vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Los grupos suelen desfilar en orden de menor a mayor número de escaños, y por tiempo de 30 minutos. Puede ejercitarse el derecho de réplica, establecido en 10 minutos.

Buscan los grupos aliados del Gobierno cómo reducir la duración. Es un mensaje político en el fondo. El debate y la votación de la moción de Abascal, que sólo apoyaron los 52 diputados de Vox (recibió 298 "noes"), duró más de 16 horas y media. Muchos se preguntan si con Tamames como candidato, 89 años, problemas de movilidad, etcétera, el Congreso llegará a tanto. Aitor Esteban, el 21 de octubre de 2020, marcó un camino.