El pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) estaba a punto. Tan solo faltaban algunos flecos, pero Alberto Núñez Feijóo dio por rotas las negociaciones con el PSOE. El argumento que ofreció fue la predisposición del Gobierno a renovar el delito de sedición, algo que llevaba meses sobre la mesa. La decisión del líder del PP fue vista, dentro y fuera del partido, como un paso atrás ante las presiones recibidas, tanto internas como externas, para que no negociara con los socialistas. El coordinador general del PP, Elías Bendodo, ha echado un capote al presidente conservador y ha asegurado que este "escucha a todo el mundo y toma su propia decisión".

"Tiene la suficiente experiencia para saber bien lo que hacer en cada momento", ha asegurado el dirigente popular en una rueda de prensa ofrecida este lunes. Bendodo ha negado que las conversaciones que mantuvo Feijóo con distintos barones autonómicos del PP, entre ellos con Isabel Díaz Ayuso -como adelantó EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica-, no son consecuencia del giro en las negociaciones. "El presidente Feijóo consulta y recibe mensajes de todo el mundo, y habla y llama. [...] Después toma su propia decisión", ha insistido. A este respecto, Bendodo ha recalcado que Feijóo habló no solo con Díaz Ayuso, sino también con los presidentes de Andalucía y Murcia, Juanma Moreno y Fernando López Miras, respectivamente, entre otros.

Se rompen los puentes

"El acuerdo no lo rompe ningún tuit ni ninguna llamada, lo rompe el PSOE incorporando a su agenda la reforma del delito de sedición", ha sentenciado Bendodo intentando alejar nuevamente el fantasma de las presiones a Feijóo y redirigiendo la culpa a los socialistas. Pese a que una semana antes de la ruptura Pedro Sánchez había confirmado su intención de homologar el delito de sedición a los estándares europeos, el dirigente del PP ha desvelado que en la negociación con el Gobierno el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, se había comprometido a que este cambio no se realizaría.

No obstante, Bendodo ha asegurado que el punto de inflexión se produjo cuando la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, afirmó que el Ejecutivo propondría una rebaja de las penas de dicho delito. "En ese momento, el PP, en clara coherencia con el sentido común, decide apartarse. El PP nunca nunca va a ser cómplice, ni ahora ni nunca, del mercadeo presupuestario con el independentismo", ha aseverado. Eso sí, no da por dinamitadas las negociaciones con el Gobierno. La única condición que establece para volver a la mesa es que Sánchez se compromete "por escrito" a no reformar el Código Penal.

Aún así, el dirigente conservador no se ha mostrado muy optimista ante la posibilidad de que esto ocurra. Es más, ha dejado caer que los socialistas reventaron el pacto conscientemente al introducir este asunto en las conversaciones. Intentando sembrar la duda sobre los planes de los socialistas ha dicho que el Gobierno, "intencionadamente o no", se "saca de la manfa el delito de sedición y hace imposible el acuerdo". "Sabe perfectamente que para el PP es inasumible reformar el delito de sedición y que los que intentaron romper España se vayan de rositas. ¿Eso es insolvencia o mala fe?, sacar este tema en plena negociación", ha resumido.