El Gobierno y el PP se dedicaron este viernes a culparse mutuamente de los motivos de la ruptura de las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). En diciembre hará cuatro años, que el mandato de ese órgano que regula a los jueces está caducado, una situación que ha sido denunciada por la Comisión Europea en diversas ocasiones. Con este nuevo choque, los equilibrios internos del CGPJ seguirán siendo los que se decidieron con la mayoría absoluta del popular Mariano Rajoy, en 2013.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, justificó el jueves su decisión de suspender las conversaciones con el Ejecutivo por la voluntad de Pedro Sánchez de reformar el delito de sedición, para rebajar las penas de cárcel. Este es un compromiso que Sánchez empezó a decir que cumpliría en 2020 y que ahora, con la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, ERC ha recuperado y ha vuelto a poner sobre la mesa. Feijóo dribló durante días ese obstáculo sobrevenido hasta que el jueves lo utilizó como principal argumento para el (nuevo) divorcio de Sánchez. Se quedan así sin el único motivo de comunicación entre el Ejecutivo y el principal partido de la oposición. De nuevo, no hay ninguna vía abierta entre la Moncloa y Génova.

El dirigente conservador, además, avisó que los que esperan grandes pactos de Estado en este difícil contexto económico por la guerra en Ucrania y post-pandémico tienen que seguir sentados. Esos acuerdos "llegarán con este PP y con otro PSOE", afirmó en un acto en Vitoria, dando a entender que deberá caer primero Sánchez de la secretaría general socialista. Si algo de milagroso tuvieron los Pactos de la Moncloa que tanto mientan los dirigentes del PP es que se alcanzaron acuerdos entre políticos que estaban en las antípodas unos de otros.

"Negociar con los constitucionalistas por la mañana y pactar lo contrario por la tarde con independentistas, entiendo que un presidente del Gobierno no puede abarcar las dos cosas, tiene que decidir", declaró Feijóo. Los populares reclamaron en el comunicado de ruptura del jueves que el PSOE debe dar "garantías suficientes" de que no va a reformar el delito de sedición si quiere volver a negociar el CGPJ.

La llamada

El líder del PP tomó la decisión de suspender las conversaciones después de hablar por teléfono con Sánchez a media tarde del jueves y comprobar que el jefe del Ejecutivo mantenía su compromiso de modificar el Código Penal para "homologar" las penas a algunos otros países europeos que las tienen más bajas.

Esteban González Pons, el negociador por parte del PP, ya le había avanzado los días anteriores a su interlocutor Félix Bolaños, el ministro de Presidencia, que no se sentían cómodos pactando el CGPJ mientras los medios de comunicación llenaban decenas de páginas de la prensa y muchas horas de televisión con la sedición.

Mensajes tranquilizadores

Bolaños, según fuentes del equipo del ministro, intentó tranquilizar a Pons subrayando que "no había nada nuevo", que las "cuentas" de escaños que los periodistas echaban en sus crónicas sobre la supuesta votación para aprobar la reforma del Código Penal eran castillos en el aire y nada más. Sin embargo, no fue suficiente. Según el PP, la falta de "garantías" de Sánchez a Feijóo, más la presión de algunos medios de comunicación conservadores en contra del acuerdo y los argumentos que le dio Isabel Díaz Ayuso el jueves por la mañana, le llevaron a romper.

EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, adelantó el viernes que la presidenta de Madrid habló con el líder del partido para decirle que no podía seguir desvinculando el acuerdo del poder judicial del debate sobre la sedición. Esa tesis era la que los principales cargos del PP (Cuca Gamarra y Elías Bendodo) y el propio Juanma Moreno, el barón más afín a Feijóo, habían estado defendiendo hasta la víspera para salvaguardar el pacto, y ella estaba en contra.

Ayuso le insistió en que el acercamiento a un Sánchez que habla sin tapujos de recortar un delito que puede beneficiar a los huidos del 'procés' perjudicaría al partido en las urnas. El año que viene hay municipales, autonómicas y generales. La dirección del PP, tras la revelación de la conversación, intentó disolver la influencia de Ayuso y aseguró a Europa Press que también habló el jueves con el propio Moreno (Andalucía), Fernando López-Miras (Murcia), Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León) y Alfonso Rueda (Galicia).

Bolaños lamentó que la "derecha reaccionaria" le haya "doblado el pulso" a Feijóo. En Génova, por su parte, creen que el que ha querido "dinamitar desde dentro" el diálogo ha sido el propio Sánchez por "las presiones de Unidas Podemos, ERC y los tres ministros jueces". Se refieren los populares a que a Pilar Llop (Justicia), Margarita Robles (Defensa) y Fernando Grande-Marlaska (Interior) no les gusta que dentro del acuerdo del CGPJ se refuerce la independencia y se obligue a los que han ocupado cargos políticos a estar dos años en excedencia antes de volver a un juzgado, algo que los tres niegan categóricamente, informa Ángeles Vázquez.