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Iglesias vence por la mínima a Errejón en las bases de Podemos

El congreso se hará con las reglas del secretario general pese a la contestación interna . La propuesta organizativa del líder logra el 41% de los votos frente al 39% del número dos

Iglesias vence por la mínima a Errejón en las bases de Podemos

El primer enfrentamiento directo y en todo el Estado entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón se saldó ayer con una estrechísima victoria del primero. La propuesta organizativa del secretario general para el próximo congreso de Podemos, conocido como Vistalegre II y que se celebrará en Madrid del 10 al 12 de febrero, ganó en la consulta entre las bases del partido morado por un margen escaso.

Su esquema logró 40.380 votos (el 41,57% del total) frente a los 38.419 del modelo defendido por el sector del secretario político del partido morado (39,12%) y los 10.313 del sector anticapitalista (10,5%). Había otras opciones, pero sus apoyos fueron menos relevantes.

Se trataba de una votación altamente técnica, donde no se dirimía el contenido del cónclave sino su formato: el sistema de elección del proyecto y la dirección. La propuesta de Iglesias consiste en una votación conjunta sobre el proyecto y los candidatos, a través de un sistema que favorece a la lista mayoritaria, algo que favorece sus opciones. «Las personas tienen que estar ligadas a las ideas. Yo no quiero que la gente me vote por mi cara», ha venido argumentando el secretario general.

Errejón, que hasta ahora no ha discutido el liderazgo de Iglesias, a quien le une una larga y estrecha relación abundante en roces durante los últimos tiempos, considera que esa fórmula impide un debate sobre el rumbo de Podemos. El número dos y portavoz parlamentario del partido abogaba por votaciones separadas, mediante un método más proporcional. «Primero las ideas políticas y luego las caras», ha señalado en las últimas semanas.

Y después, por último, estaba la propuesta del sector anticapitalista, encabezado por el eurodiputado Miguel Urbán. En lo organizativo coincide con la corriente errejonista, a través de un partido más descentralizado, pero en términos políticos se sitúa más cerca de las tesis de Iglesias, quien se ha esforzado por acercarse a esta corriente: radicalización del discurso y mayor presencia en la protesta social.

LAS CONSECUENCIAS / Aunque en la superficie se tratase solo de cómo enfocar el congreso, lo que se dirimió tendrá importantes consecuencias en el partido morado, algo que explica en parte la elevada participación en esta convocatoria: 99.612 inscritos votaron desde el lunes, un 22,7% del total de las bases (436.452), y el 38,9% si solo se toma en consideración los militantes «activos» (254.533), que son los que han participado este año en alguna otra consulta.

«Si el documento que presenta mi equipo sale derrotado, yo no puedo ser secretario general», señaló el pasado martes Iglesias en Radiocable, convirtiendo así esta consulta en una suerte de plebiscito sobre su autoridad.

Bajo este prisma, el desenlace de este jueves, cuya comunicación se retrasó tres horas debido a un «problema técnico», pone de manifiesto que se enfrenta a una fuerte contestación interna. Casi el 60% de los militantes que votaron no respaldan su propuesta. «Aquí no hay vencedores ni vencidos. Ahora ya podemos discutir de lo importante: qué Podemos necesita España. Nuestra gente está pidiendo acuerdo a voces y yo asumo esta responsabilidad», dijo tras conocerse los resultados el líder del partido morado, quien también admitió que «quizá la imagen que ha transmitido el partido no ha sido la mejor» en estos días.

UNA DERROTA DULCE / Los afines al número dos, mientras tanto, acogieron la derrota con satisfacción. Según su relato, Iglesias tenía a la mayoría de los aparatos de su parte, pero la diferencia fue de apenas dos puntos y ellos mostraron que tienen detrás a casi el 40% de los afiliados, un porcentaje que ahora utilizarán para negociar con el secretario general. Del desarrollo de este proceso dependerá si Errejón presenta o no en el congreso una lista alternativa.

La consulta vino precedida de un Consejo Ciudadano en el que Iglesias pidió un Podemos sin facciones. «No se deben construir corrientes ni partidos dentro del partido», dijo el pasado sábado. Fue un mensaje directo a Errejón durante una cita que sirvió para pactar, tras cinco horas, el equipo técnico que debe preparar el cónclave. Está integrado por siete miembros: tres pablistas, tres errejonistas y un anticapitalista. Un síntoma más de que los bloques se encuentran, al menos de momento, muy lejos de desaparecer dentro de las filas del partido lila.

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