No es suficiente. La oposición considera que la renuncia de José Manuel Soria a su candidatura al Banco Mundial es un éxito de la presión que han ejercido desde que se desató la polémica el pasado viernes, pero no van a dar por cerrada la crisis. Consideran que el paso atrás del exministro de Industria no exime de responsabilidades al Gobierno.

PSOE y Podemos confirmaron a última hora de la tarde de ayer que mantienen la exigencia para que comparezca el titular de Economía en un pleno extraordinario y monográfico que tratan de convocar para el jueves de la próxima semana, y que el Partido Popular busca el modo de evitar. Los conservadores tratan de blindar a Luis de Guindos para garantizarle la menor exposición posible ante las críticas desatadas por el nombramiento, con las elecciones gallegas y vascas a la vuelta de la esquina.

La intención de los populares es que el ministro comparezca solo en la Comisión de Economía para hablar de los presupuestos generales y que sea entonces cuando los portavoces puedan hacerle algunas preguntas sobre el escándalo. Este formato protege a Guindos de la visibilidad en el hemiciclo que implicaría un pleno monográfico bajo el azote de los líderes de la oposición.

«Esta renuncia no elude la responsabilidad de quienes tomaron la decisión de nombrarle. Ese nombramiento no respondía a un concurso público entre funcionarios. Es una designación política que tomó Guindos», señaló la número dos del PSOE, Mertixell Batet, que descarta que el ministro se defienda desde el abrigo de una comisión parlamentaria.

«Debe ser en el pleno de la Cámara, puesto que ha sido un nombramiento que ha dañado a la imagen de España y ha encerrado mentiras», zanjó, para dejar claro que la iniciativa de la sesión extraordinaria no decae tras la renuncia. Pedro Sánchez expresó a través de las redes sociales que la renuncia «pone de manifiesto lo inmoral de la propuesta».

RESPETO AL PARLAMENTO / Pablo Iglesias entiende que no se puede hablar de renuncia y pone en duda la honorabilidad del Ejecutivo. «Un Gobierno decente nunca habría permitido este nombramiento», señaló en Twitter. Podemos defiende que la obligación de Guindos es la de dar la cara ante el pleno. «No estaría demás que el PP mostrara respeto al Parlamento y que explique todo el proceso», señaló Irene Montero, jefa de Gabinete del secretario general.

La polémica por las explicaciones de Guindos evidencia que Congreso y Gobierno siguen con las espadas en alto, en una batalla que se inició la anterior legislatura. El Ejecutivo no quiere someterse al control parlamentario porque está en funciones y ayer confirmó que no lo hará hasta que el Constitucional dicte sentencia. Mientras, en el PP aseguran que encontrarán el modo de que el pleno monográfico no se celebre.