Francisco Correa, Alvaro Pérez, alias el Bigotes , Pablo Crespo y Cándido Herrero, considerados los principales cabecillas de la trama Gürtel, se negaron ayer en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) a someterse a una prueba de voz solicitada por la Fiscalía y la acusación particular. Dicha prueba pretendía cotejar sus voces con las de las grabaciones policiales de las conversaciones intervenidas durante la instrucción del caso. En ellas se podrían advertir presuntas irregularidades por parte de la supuesta trama corrupta.

Tanto Correa como Crespo, su número dos, así como Pérez y Herrero, respectivamente responsable y exconsejero delegado de la empresa Orange Market, están imputados en la causa que investiga una supuesta financiación irregular del PP valenciano a través de contratos con la Generalitat Valenciana y una presunta prevaricación de esta administración relacionada con la trama de empresas vinculadas a Correa.

El magistrado del TSJCV encargado de instruir la conocida como causa de la financiación, pieza separada del caso Gürtel , José Ceres, había ordenado que la prueba pericial fuera presencial. Los cuatro estaban citados a las once de la mañana. Los imputados se presentaron en el tribunal de manera escalonada y no hicieron declaraciones ante los periodistas apostados en la puerta de los juzgados.

Precisamente, la prueba pericial fue solicitada tras la negativa a declarar de los cuatro imputados cuando estos fueron citados el pasado mes de mayo a comparecer ante el TSJCV. Las defensas continúan persiguiendo la nulidad de la instrucción, ya que parte de las escuchas intervenidas fueron invalidadas al tratarse de conversaciones que se dieron en prisión entre imputados y sus abogados. Sin embargo, el resto de las grabaciones siguen siendo válidas, pues siguen en el sumario.