El Gobierno del PP sigue firme en su promesa electoral de rechazo total a cobrar tasas y a revisar el copago en sanidad. Pero la nueva ministra, Ana Mato, tiene sobre la mesa un plan para reducir el agujero sanitario que incluye dejar de financiar fármacos de relativo peso terapéutico y rebajar el gasto farmacéutico actual del 25% del total sanitario al 15%, "un porcentaje más racional y similar al de países de nuestro entorno", según fuentes de Sanidad. El recorte supondría pasar de los 15.000 millones de euros de gasto actuales a 9.000 millones.

El nuevo medicamentazo sería la contribución del sector al recorte general de 40.000 millones de euros anunciado por Mariano Rajoy para cumplir los objetivos de déficit del 2012. Además, el ahorro en farmacia permitirá "mantener a toda costa", según Sanidad, la cartera de prestaciones básicas en el Sistema Nacional de Salud, y se destinará a la calidad asistencial, una prioridad de Ana Mato y de la nueva secretaria general de Sanidad, Pilar Farjas.

El ministerio no ofrece pistas sobre qué y cuántos fármacos saldrán de la amplia lista actual de 22.650 presentaciones de medicamentos que son financiados por el sistema. Pero a nadie escapa que serán muchos cientos para lograr el ahorro deseado. Sanidad simplemente sitúa en cabeza fármacos, de marca y genéricos, que llevan mucho tiempo en el sistema y cuya efectividad ha sido superada.

OPCION DESCARTADA En cualquier caso, en la batería de opciones no figura la propuesta de Galicia de retirar de entrada todos aquellos con un precio menor de tres euros y de poco peso terapéutico, como lágrimas artificiales, omeprazoles para la acidez de estómago, mucolíticos, analgésicos, antidiarréicos y otros para el dolor de cabeza, toses y trastornos menores. "No se van a dejar de financiar fármacos por su precio, por si son baratos o caros. El criterio de mantenimiento en la lista será su efectividad terapéutica", comenta un portavoz ministerial.

Un estudio de la distribuidora farmacéutica Cofares calcula que solo con dejar de financiar fármacos de bajo precio el sistema podría ahorrar 2.500 millones de euros anuales. La Asociación Española para el Autocuidado de la Salud (Anefp) considera que, aparte del ahorro económico, se evitarían 20 millones de consultas en centros de salud de pacientes que acuden al médico de familia a por su receta.

En cualquier caso Sanidad no prevé que la medida, considerada prioritaria por el equipo de la nueva ministra para garantizar la cohesión del sistema y su viabilidad financiera, entre en vigor antes de tres meses. Este sería el tiempo necesario para elaborar el listado de medicamentos excluidos, realizar consultas a todos los sectores afectados y someterlo al Consejo Interterritorial. El próximo se celebrará en febrero y el siguiente en abril, una vez hayan tenido lugar las elecciones en Andalucía, en las que el PP parte como favorito. La intención de Sanidad es llegar a un difícil acuerdo con todos los implicados. Pero si no es posible, el plan seguirá adelante, ya que el ministerio tiene competencias plenas para incluir o excluir medicamentos de la financiación.

BALON DE OXIGENO En la ralentización de la medida ha influido el "balón de oxígeno", como lo califica Sanidad, que para el sistema sanitario ha supuesto la resolución del CPFF del pasado martes que permite a las comunidades autónomas pedir créditos al ICO para pagar a los proveedores y evitar que la deuda con el sector farmacéutico, más de 11.000 millones, colapse el sistema.

El Gobierno considera que el nuevo medicamentazo sería la medida menos lesiva para la industria farmacéutica innovadora y que políticamente resultaría poco cuestionable, ya que el PSOE llevó a cabo otro en 1993, y su crítica sería considerada demagógica. Un portavoz de Farmaindustria criticó que los gobiernos "jueguen siempre con el gasto farmacéutico".