El líder aberzale Arnaldo Otegi intentó paliar ayer las nefastas consecuencias que puede acarrearle su negativa a condenar a ETA en el juicio que se sigue contra él y otras dos personas en la Audiencia Nacional por participar en un homenaje al preso etarra José María Sagarduy en el 2005. "Mi apuesta es por las vías políticas y democráticas, por ninguna otra", afirmó ante el tribunal. Su abogada defensora, Jone Goirizelaia, anunció que acusará a los jueces de imparcialidad si lo condenan por no desmarcarse de la banda terrorista. Otegi, que debe responder por un delito de enaltecimiento del terrorismo, aprovechó su turno de última palabra para aclarar su posición, tras percatarse del daño que le había causado el hecho de negarse a responder a la presidenta del tribunal, Angela Murillo, cuando esta le preguntó si condenaba la violencia etarra. El ex portavoz de Batasuna criticó la postura de la fiscalía y de los medios.