Pocas pruebas. El magistrado Baltasar Garzón, a instancias de la fiscala Dolores Delgado, dejó ayer en libertad con cargos a los 10 detenidos en Santa Coloma de Gramenet, Vilanova i la Geltrú (ambas, en Barcelona), Madrid y Cádiz, acusados de integrar una célula islamista que ayudó a huir a cinco implicados en el atentado del 11-M.

Fuentes jurídicas explicaron que las pruebas que había contra los arrestados eran escasas. A pesar de ello, defendieron la actuación policial. Estas fuentes explicaron que la policía, tras la operación Tigris, desarrollada en el 2005, continuó controlando "la casa Alkaalá fortaleza, en árabe de Santa Coloma", como ellos mismos la denominaban, en la que se escondieron los implicados del 11-M. Por ello, cuentan con vídeos en los que aparecen los fugitivos y otros visitantes de la vivienda.

Estas pruebas serán incorporadas al sumario que se tramita en la operación Tigris, cuyos imputados han sido ya procesados por ser una red de apoyo y asistencia a miembros de Al Qaeda a los que ayudaba a llegar a Irak o Afganistán, al facilitarles documentación falsa y dinero. Los miembros de esta red se comunicaban por internet.

Tras las grabaciones, la policía inició la operación Amat y detuvo a 12 personas. Ocho de ellas en Barcelona, Madrid y Cádiz, y las otras cuatro en la prisión, donde se encuentran por su relación con la operación Tigris. Los agentes, antes de pasarles a disposición judicial, ya dejaron en libertad a dos de ellos.

Fuentes jurídicas han explicado que el juez ha acordado dejarles en libertad con cargos porque no se ha podido acreditar que tuvieran algún tipo de responsabilidad en la casa de Santa Coloma, ya que eran meros visitantes. "Tenían una relación colateral", explicaron las fuentes consultadas. Por tanto, no tuvieron ninguna participación en la decisión de los responsables de la operación Tigris de esconder a los huidos del 11-M. Pese a ello, la fiscalía solicitó para cinco de los arrestados que se les impida abandonar el territorio español y que deban comparecer cada semana en el juzgado. Baltasar Garzón asumió la petición.

Además, el magistrado ha ratificado la situación de prisión de los cuatro reclusos, aunque no les ha añadido una nueva imputación. En el auto de procesamiento de la operación Tigris se les imputa los mismos hechos por los que ahora han sido detenidos, es decir, dar apoyo a miembros de Al Qaeda. Otro de los detenidos, también procesado en la Tigris, ha quedado en libertad, ya que se encontraba en esta situación por orden del juez. Además, la policía busca a dos islamistas, que están en paradero desconocido.