Si la mayor parte de los ciudadanos tenemos decidido nuestro voto, ¿para qué sirven debates electorales como el que anoche protagonizaron Zapatero y Rajoy? Por un lado, los debates son saludables porque alimentan la cultura democrática de los ciudadanos; por otro, es una especie de estimulante para ese amplio sector de indecisos, lo que, dada la igualdad que pregonan las encuestas del 9-M, no es una cuestión baladí.