La asociación educativa Barbiana lleva veintisiete años promoviendo valores de paz y solidaridad entre los jóvenes cordobeses. El equipo de trabajo actual lo integran Pablo Huete, Manolo Sánchez, Isa Muñoz, Cristina López, Fran Sánchez y Mari Paz Carrasco, quien, a modo de portavoz, explica que «somos personas con diferentes perfiles académicos relacionados con el mundo de la educación social, ambiental, la animación sociocultural, la dinamización comunitaria o la participación ciudadana pero no es un requisito indispensable tener una formación concreta para participar en nuestro colectivo, creemos que es más importante el compromiso por alcanzar ese otro mundo posible y por acompañar y creer en los jóvenes, pieza fundamental en el mundo y en nuestro quehacer». 

Además de ellos, en la asociación se involucran de manera continua otros diez miembros, «quienes participan en la toma de decisiones del colectivo de manera horizontal», explica Carrasco. Son muchas las inquietudes que mueven al colectivo barbiano en la búsqueda de respuestas en todas aquellas cuestiones relacionadas con problemáticas sociales como, por ejemplo, el deterioro medioambiental, la desigualdad social o las situaciones de discriminación entre otras tantas. Sin embargo, aclara su portavoz que «posiblemente, lo que nos otorgue identidad como colectivo es la transformación de todas esas injusticias a través de la educación no formal y de la creación de espacios participativos, quisiéramos combatir la desidia con respecto a la participación democrática, intentando generar una ciudadanía comprometida, crítica y responsable socialmente». Hace unos días llevaron a cabo la Asamblea de Inicio de Plataformas de Solidaridad que es el primer momento de encuentro entre los chavales participantes del proyecto en el presente curso. «Éste podríamos decir que es el proyecto estrella de nuestra asociación e incluso el corazón que mueve a este colectivo». Junto a este momento suman otros dos de gran importancia para el colectivo como las convivencias de Navidad y el Campamento de Solidaridad, punto culmen del año donde convivimos durante cinco días y reflexionamos».