El equipo Historia Social en la Epoca Moderna, formado por una docena de investigadores de las universidades de Córdoba (UCO), Sevilla, Extremadura, Murcia y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), estudian y analizan los diversos aspectos de la vida de los moriscos (sociales, económicos o científicos) en Andalucía durante los siglos XVI al XVIII.

Concretamente, se aborda la expulsión de esta minoría étnico-religiosa (moriscos), hace exactamente 400 años, mediante dos proyectos de investigación. Por un lado, se indaga en la problemática social generada en Andalucía (1570-1610) por la presencia de la población morisca. Principalmente se hace hincapié en la situación de esta minoría en la comunidad andaluza, donde se asentó después del decreto de expulsión de Granada por Felipe II en 1570-71. "No han sido estudiados en casi ningún sitio de España", por lo que no se sabe como se desenvolvió cotidianamente la población, señala Enrique Soria, profesor del departamento de Historia Moderna de la UCO y director del grupo de trabajo.

El estudio se centra en los reinos de Córdoba, Jaén y Sevilla, y sus resultados permiten comparar aquella situación con la actual, "con la que tiene muchas similitudes", puesto que "la población musulmana es mano de obra barata, reactiva determinados sectores económicos, presenta problemas de integración cultural o mantiene una dispar relación con los poderosos", tanto en una como en otra época. Se trata de un proyecto de excelencia financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía con 356.000 euros.

De otro lado, se analiza el panorama de los moriscos que permanecieron en España tras la expulsión definitiva de 1609, tema en el que "hay una enorme laguna historiográfica" según sostiene Enrique Soria, quien afirma que "se quedaron muchos más moriscos de los que se pensaba". Unos se escondieron, otros regresaron después de ser expulsados, muchos eran descendientes de esclavos y se sabe que bastantes consiguieron quedarse sobornando a las autoridades locales y fingiendo ser cristianos viejos. Así, se explica que en 1730 en Granada la Inquisición detuviera a 300 herejes que seguían practicando la religión del Islam.

Esta ambiciosa tarea está subvencionada por un trabajo de investigación concedido por el Ministerio de Ciencia e Innovación, con 36.000 euros. La labor a realizar es muy compleja, advierte el investigador cordobés, puesto que es necesario realizar reconstrucciones genealógicas a través del cruce de documentación procedente de distintos archivos nacionales y locales (Simancas, Histórico Nacional, Chancillería de Granada, protocolos notariales, parroquiales, municipales-). Con todo ello, se espera desvelar una parcela "tan importante de nuestro pasado, que ha sido olvidada casi por completo hasta la actualidad". Ambas iniciativas finalizan en el año 2012.