En diciembre de 2020, la startup de impacto española Ethichub alcanzaba una de sus principales metas: el lanzamiento de su propio token, el Ethix, para sustentar su proyecto de financiación a pequeños agricultores desbancarizados. Un año después, la compañía ha logrado avanzar en el desarrollo de este ecosistema al cerrar una operación en la que el medio de pago ha sido estrictamente el Ethix. Tal y como acaba de anunciar la empresa, a finales de noviembre cerraron la venta de 18,4 toneladas de café al tostador barcelonés Cafès Gener. 

EthicHub vende café en verde (que no ha sido tostado tras su recogida), a grandes tostadores de Estados Unidos, Canadá, China, Reino Unido o España. La comercialización les ha ayudado a capear el temporal de la pandemia y, desde que implementaron este servicio (también en 2020), ya han colocado más de 140 toneladas de café. "Proponemos eliminar eslabones que no aporten valor de manera que el productor se beneficie del precio final de su producto", destaca Gabriela Chang, cofundadora y CSO de la compañía. Sin embargo, aunque es una apuesta importante y su desarrollo tecnológico forma parte de la visión a futuro, no es el core de su negocio.

En en junio de 2028, Ethichub lanza una plataforma de crowdlending basada en blockchain que conecta a productores minifundistas de café que no tienen acceso a financiación con potenciales inversores de todas las partes del mundo. A través de contratos inteligentes que recogen las características del préstamo y las condiciones de manera transparente, trazable, "segura e inalterable", un inversor de Cuenca puede aportar la cantidad que elija a los proyectos en terreno activos en la plataforma. A cambio, ofrece una rentabilidad anual "del 8%" que se recibe cuando se devuelve el crédito. "Más la satisfacción de estar generando un cambio positivo en la vida de las personas a las que estás financiando", apostilla.

La contrapartida es el riesgo de impago al que se expone, aunque de acuerdo con la cofundadora, se mantiene en niveles muy bajos: "Durante los 2 primeros años no tuvimos impagados, pero sabíamos que en algún momento iba a ocurrir. Hasta la fecha hemos dado préstamos en la plataforma por más de 1,3 millón de dólares con una tasa de impago de menos del 1%". 

Y precisamente esta posible morosidad es la que han querido minimizar con el lanzamiento del token, dentro de la cadena de Ethereum, que funciona como un colateral o "aval colectivo". Así, este protocolo de finanzas descentralizadas protege la inversión de impacto cuando los agricultores no cumplen para evitar que "la credibilidad de la plataforma se vea afectada". En palabras de Gabriela Chang, "de cada préstamo de la plataforma el 4% se va a comprar el token y se deposita en el sistema de compensación. Cuando hay un pequeño impagado, se venden unos pocos tokens para compensar a los inversores que podrían haberse visto afectados. Con blockchain se crean estos bucles de incentivos que hacen que las cosas funcionen bien, porque es lo que le conviene a todos los participantes".

La financiación procede en su mayor parte de particulares, que prestan desde 20 hasta 5.000 euros, aunque también cuentan con una modalidad para grandes inversores a partir de 10.000 euros, que pueden realizar las transacciones al margen de la plataforma de crowdlending.

En cuanto a los agricultores, de media solicitan unos 1.000 dólares al año en préstamos que son "el 70% más baratos", afirma Chang. La contrapartida se reparte entre el originador (intermediario que está en contacto con el agricultor y socio local de la plataforma), al que "le cuesta, en tasa efectiva anual, un 16%", y los propios productores, que "en el caso de México y el café concretamente, es un 3% mensual", frente a las tasas de entre el 8% y el 10% mensual que normalmente abonan con el sistema de préstamos en efectivo. Además, al solicitar el crédito el originador tiene que aportar el 20% de la cantidad solicitada en Ethix "como una garantía". 

Agricultora de café. Activos

Con las nuevas tecnologías, Ethichub quiere resolver el problema de la exclusión financiera. Según explica esta emprendedora, alrededor de 1.200 millones de personas se encuentran en la situación de tener que recurrir a prestamistas locales para continuar con su actividad, porque carecen de garantías válidas o embargables. "Para esta población excluida, la única fuente de financiación son préstamos en efectivo a tasas altísimas de más del 100% anual, y ni siquiera son cantidades suficientes para mejorar su productividad", indica. Esta situación les lleva a vivir en pobreza pese a tener actividades productivas que pueden ser rentables: "En el caso concreto del café, el 80% de la producción mundial está en manos de estas personas, y un agricultor pequeñito de café tiene una hectárea o hectárea y media…".

Actualmente en la web se recogen cuatro proyectos que admiten contribuciones, todos de comunidades agricultoras en México, pero también trabajan con caficultores de Brasil y Honduras. Además, Chang asegura que la plataforma está abierta a otros productos, como el cacao, y que están trabajando ya con proyectos en el sudeste asiático y África. "Ya hemos validado nuestro modelo, hemos demostrado que funciona… Ahora viene la etapa de expandirlo a más regiones", plantea. Para ello, esperan en cerrar en el primer trimestre de 2022 una ronda de financiación de 2 millones de dólares que destinarán a seguir implementando mejoras de eficiencia y operatividad en la plataforma y ampliar su red de originadores, entre otros planes. 

"Ya tenemos compromiso de por lo menos cinco fondos, pero el proceso es largo. La ronda completa son 4 millones de dólares", comenta la cofundadora. Esta startup social de economía regenerativa, que según Chang crece a un ritmo del 10% mensual, confía en que este impulso les servirá para mejorar su comportamiento de forma "sustancial".