IPC

El año arranca con una inflación que sube al 3,4%

El IPC subyacente bajó dos décimas con el comienzo del año, según el avance del INE

Varias personas en un mercado.

Varias personas en un mercado. / EP

Agustí Sala

Tras cerrar 2023 con una inflación anual del 3,1%, el índice de precios de consumo (IPC) ha estrenado el nuevo ejercicio con una tasa del 3,4%. El indicador registró un alza del 0,1% con respeto al mes anterior . El alza en enero se debe esencialmente a la subida de los precios de la electricidad con respecto a un año atrás.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha destacado que la inflación se mantiene "contenida" en el entorno del 3% y ha subrayado que la tasa subyacente, la más estructural, ya que excluye los alimentos no elaborados y la energía, se encuentra, con el 3,6%, "prácticamente en mínimos de dos años". De hecho, la inflación subyacente se redujo 4 décimas, hasta el 3,6%, según el indicador adelantado publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El Ejecutivo considera que el despegue experimentado por la cesta de la compra puede considerarse más controlado y la inflación subyacente ya va convergiendo con la tasa general.

En este sentido, el secretario de Estado de Economía, Israel Arroyo, ha explicado que el primer gran 'schock' de precios, que fue el de la energía, ya se disipó y ha asegurado que el que afectaba a los alimentos y la cesta de la compra está finalizando también. "Volvemos a un régimen normal de inflación una vez transitados estos dos episodios", ha afirmado. A su juicio, el nivel general de precios se encamina hacia unas perspectivas del entorno del 2%.

El año pasado, el nivel más elevado se alcanzó en abril, con el 4,1%, para después desplomarse hasta el 1,9% al compararse con un periodo en el que los precios subían. En todo caso, el nivel general de precios experimentó en 2023 una gran moderación, comparada con la evolución del año anterior, cuando escaló en julio de 2022 hasta el 10,8%.

En todo caso, productos esenciales como el aceite de oliva siguen marcando récords. Ante esta evolución los hogares españoles no han tardado en reaccionar y, visto el encarecimiento generalizado de los alimentos básicos en el último año (pese al IVA rebajado que tienen la mayoría de ellos), han recortado su gasto en estos productos. Y las compras de aceite de oliva se han desplomado más del 34% en un año, mientras que el de girasol, que se ha erigido en una de sus alternativas más asequibles, se ha vendido un 20,9% más.

En los últimos meses, tanto el precio de la electricidad como el de los carburantes han contribuido a moderar la subida general de los precios. La escalada de la inflación provocó que el Banco Central Europeo (BCE) iniciara una etapa de subidas de los tipos de interés, que se han situado en el 4,50%. Tras esta etapa de aumentos, la entidad presidida por Christine Lagarde lleva ya unas cuantas reuniones manteniendo el precio del dinero a la vez que se ha moderado el aumento del nivel general de precios, pero aún considera "prematura" hablar de bajadas.