El BBVA ganó 4.842 millones de euros entre enero y septiembre, un 46,2% más que en el mismo periodo del año pasado. Excluyendo los impactos no recurrentes (-201 millones este ejercicio por la recompra de oficinas a Merlin y -416 millones en 2021 por la venta de la filial de Estados Unidos y el coste de la reestructuración de plantilla), el resultado hubiera sido de 5.044 millones, un 35,3% más.

La mejora del resultado fue fruto de la subida de los ingresos (29%, gracias al aumento de la actividad y el alza de los tipos) y las comisiones (14%). En sentido negativo, el banco registró un impacto de 1.145 millones debido principalmente al ajuste negativo por hiperinflación de Argentina y Turquía y a la mayor contribución al Fondo Único de Resolución europeo. Los gastos del grupo (12,8%) crecieron menos que los ingresos totales (17,8%) pese al entorno inflacionista (16,5% de IPC medio registrado en todo los países donde opera el banco). 

Ello permitió que el margen neto subiese un 21,8%, lo que sumado a un menor crecimiento de las provisiones para afrontar pérdidas y devaluaciones de activos (8,1% por el incremento de la actividad) dio lugar a una mejora del resultado antes de impuestos del 27,9%. El mayor pago del impuesto de sociedades (51,5%) se vio contrarrestado por la menor atribución de resultado a accionistas minoritarios (tras la opa en la filial de Turquía y la menor aportación de esta división), lo que explicó el alza final del 46,2%. 

En España, el banco ganó 1.312 millones, un 10,2% más, gracias a la mejora de los ingresos y la caída de los gastos y provisiones. Sin el impacto de la recompra de las 662 oficinas a Merlin, el beneficio hubiera sido de 1.514 millones, con un 27,1% de incremento. En México, principal mercado de BBVA, el banco ganó 2.964 millones, un 64,7% más. En Turquía, en cambio, el beneficio cayó un 42,3%, hasta los 336 millones. En América del Sur, obtuvo 614 millones, un 87,4% más. El resto de negocios aportaron 183 millones, un 20,2% menos, mientras que el centro corporativo perdió 566 millones, un 30,7% menos. 

Como consecuencia, el grupo obtuvo una rentabilidad del 11,1%, con un capital del 12,45%, por encima de su objetivo (11,5%-12%). La tasa de morosidad sigue en un nivel contenido (3,5%), con un alto peso de las provisiones sobre los activos problemáticos (83%). El coste del riesgo (nuevas provisiones sobre el total de activos) se elevó al 0,86%, frente al 0,81% del segundo trimestre, en línea con lo esperado por el banco para 2022 (por debajo de 100 puntos básicos, en niveles similares a los de 2021).