Que si el coste energético de crear bitcoins; que si China, Irán e India arrecian en su persecución por incontrolables; que si los bancos centrales preparan contrarreloj sus monedas digitales y que si los cibercriminales son quienes manejan la criptomoneda.

En las últimas semanas no ha habido un solo día, una sola sesión de mercado, donde las criptomonedas no hayan acaparado el interés público. 

En esta ocasión y desde que el influencer económico más celebre del mundo, Elon Musk, decidiera desinvertir -o al menos eso dijo- buena parte de su cartera de bitcoins y otras criptomonedas, la divisa cripto por excelencia cayó casi un 50 por ciento sobre sus máximos. 

A la hora de escribir este texto, el bitcoin cotiza a 39.484 euros, lejano de aquellos 63.000 de hace mes y medio. Pero también muy por encima de los 9.050 de junio del 2020. 

119,7% es la previsión de la OCDE sobre la deuda española. Si se cumplen las previsiones, ése sería el porcentaje sobre PIB de la deuda a finales de este año. Ahora está en el 122 por ciento

Quiere esto decir que han entrado las criptomonedas -y fundamentalmente- el bitcoin en una temporada de volatilidad a la baja con una conjunción de factores -la mayor parte políticos, en realidad, sin descartar el uso fraudulento y criminal desconocido- que han llevado este tipo de dinero a un «tobogán» en sus cotizaciones.

¿Qué hacer entonces con este fenómeno de las criptomonedas? ¿Son seguras o no? Y en caso de adquirirlas, ¿cuáles, dónde y cómo?

Pues basta seguir unas normas muy simples: hay que saber qué son; cuáles son las más importantes, lógicamente, bitcoin y algunas más como ethereum o Litecoin; qué implicaciones y características tienen y para qué se quieren. Y, lo más importante, consultar a los especialistas, en entidades financieras debidamente autorizadas y tener cuidado con los Robin Hood que se pasean por YouTube.