En el 2006, cuando llegó a España vivió un 'shock'. "Acostumbrado al traje y la corbata en un empleo en publicidad me vi llevando una carretilla", recuerda Giovanni Napuri. Pero a la vez, está convencido de que abandonar su país de origen, Perú, y afincarse con poco más de 40 años en España ha sido "la mejor decisión" de su vida.

Hoy gestiona Titan Aliment, con 12 empleados, con un almacén en la Zona Franca aduanera de Barcelona desde el que sirve al centenar de restaurantes peruanos que hay en la ciudad. Pero sus tentáculos se han extendido por toda Europa a través de 38 distribuidores y está a punto de entrar en Catar, de la mano del chef Gastón Acurio, que en la capital catalana tiene el restaurante Yakumanka.

En conjunto suministra producto a unos 800 restaurantes y unas 3.000 tiendas de alimentación del viejo continente. Entre sus clientes están los restaurantes peruanos más destacados de Londres, París o Estocolmo, por poner solo unos ejemplos.

Tras empezar con la cerveza Cusqueña, siguió con toda una gama de refrescos, piscos y ají seco y fresco. También importa pimientos para cocina peruana todos los martes, con los que abastece a restaurantes peruanos como los del Hotel Mandarín, el del Casino de Barcelona, el Yakumanka o los Ceviche 103.

Desde el 2014, que empezó a recuperarse de la crisis, el negocio va viento en popa. "Hemos subido la facturación el 60% año a año", explica. En el primer semestre de este ejercicio, el crecimiento ha sido del 74%. Es por ello que no será raro que a final del 2019 duplique las ventas del 2018, que fueron de unos 1,2 millones de euros. Ha sabido aprovechar el tirón del ají amarillo, que se está utilizando mucho en la dieta mediterránea y des la cocina peruana.

Antes de entrar en el negocio actual hizo un poco de todo hasta que conoció a una persona que importaba productos latinos. Con la crisis vivió muchas dificultades y, tras haberse dedicado a importar productos de toda latinoamérica se centró en los peruanos, por ser su origen y "por falta de capital". En todo caso vio que "las relaciones las tenía allí" e incluso ha llegado a acuerdos con la Embajada de Perú para traer a España productos de la mejor calidad.

La puesta no fue errónea. Su objetivo es seguir creciendo, pero de manera manejable. Además de sentirse "comprometido con la cocina peruana" recuerda que lo suyo es "vender servicio y este tiene que ser bueno".

"Siempre dije que, tras llegar aquí con 40 años, a los 50 años iba a trabajar menos. Y aquí me ve, con 55 y ocupado un viernes de agosto", bromea.