El Banco de Italia prevé que la economía italiana se contraiga un 1% este año, una caída ocho décimas superior a su anterior previsión del 0,2% de julio, debido a un "empeoramiento del contexto internacional y a la persistente atonía de la actividad económica". Según la edición de enero de su boletín, estima que el PIB se contrajo un poco más del 2% en el 2012, aunque cree que el descenso de la actividad podría llegar a su fin en la segunda mitad del año. El repunte cíclico dependerá de la recuperación de la inversión una vez que las condiciones crediticias regresen a la normalidad, de un repunte de la demanda en la eurozona y de que mejore el clima de confianza.