Los móviles han hecho que los ciudadanos pierdan la responsabilidad de ser puntuales, pues con una llamada, SMS o WhatsApp, se puede avisar a la persona citada de que se llega tarde, limpiando la conciencia. Algo así pasó ayer en la bolsa española: los inversores esperaron las conclusiones del Consejo de Ministros, que tenía que aprobar los Presupuestos Generales del Estado del 2013. Sin embargo, la comparecencia de Soraya Sáenz de Santamaría, Cristóbal Montoro y Luis de Guindos se demoró tanto que se produjo una vez terminada la sesión bursátil. Los inversores se cansaron de esperar y optaron por las ventas: el Ibex, en un esprint final a la baja, se dejó el 0,15%.

Al menos, la bolsa española logró conservar el nivel de 7.800 puntos pese al mal día de algunos grandes valores (las mayores caídas las protagonizaron Enagás, 2,97%; Inditex y Bankia, ambas 2,73% menos) y la debilidad de la economía estadounidense, cuyo PIB creció solo el 1,3% en el segundo trimestre. En Alemania hubo buenas noticias: los datos provisionales de empleo desvelaron que la tasa de paro bajaba 3 décimas y se situaba en el 6,5%, con 117.000 parados menos, hasta 2,78 millones.

Con el retroceso del 0,15%, el Ibex se desmarcó de los resultados en las principales plazas de Europa: París sumó un 0,72% mientras que Milán, Fráncfort y Londres minimizaron sus rebotes por debajo del 0,3%. En el mercado de la deuda, la prima de riesgo bajó desde los 461 puntos básicos de la víspera hasta los 450 puntos, con el interés del bono español a 10 años en el 6%.