El presidente de Kutxabank, Mario Fernández, ha ironizado sobre el proyecto de ocio, juego y turismo que la empresa Las Vegas Stands baraja poner en marcha en Madrid o Barcelona. Según ha afirmado, "salvo un norteamericano que quiere montar una especie de casa de putas cerca de Madrid, nadie va a crear 2.500 puestos de trabajo en un día", por lo que es necesario apoyar a los autónomos y pequeños empresarios.

Fernández ha advertido de que medidas como las reformas del sistema financiero o la decisión de que auditores extranjeros analicen la solvencia de los bancos y cajas españoles no van a conseguir que los mercados "se den por satisfechos" si no "consensúan" con las autoridades de la UE y con el Banco Central Europeo (BCE).

El presidente de Kutxabank, que ha participado este miércoles en Vitoria en unas jornadas empresariales, se ha referido a la última reforma del sistema financiero aprobada por el Ejecutivo y a la decisión de que dos auditorías privadas de EEUU y Alemania realicen un diagnóstico sobre los bancos y cajas españoles.

El presidente del banco surgido de la integración de las tres cajas de ahorros vascas ha asegurado no tener "muy claro" cuál es la labor concreta que van a llevar a cabo estos auditores y ha asegurado que prefiere "no calificar" esta medida. Además, ha alertado de que en función de los resultados de este nuevo examen a la banca española podrían tener que hacerse nuevas "provisiones".

Pacto con la UE y BCE

Tras aludir a las sucesivas reformas del sector financiero aprobadas por el Gobierno actual y por el anterior, ha asegurado que estas medidas o las auditorías externas sobre el sector no lograrán que los mercados "se den por satisfechos" si no "consensúan" con las autoridades de la UE y con el Banco Central Europeo.

El presidente de Kutxabank ha señalado que la última reforma del sector aprobada por el Ejecutivo central plantea unos "perfiles increíbles". Según ha recordado, la primera reforma financiera aprobada en febrero por el actual Ejecutivo exigía nuevas provisiones por activos vinculados al sector inmobiliario que las propias entidades habían calificado de "problemáticos".

Fernández ha indicado que, de esa forma, las entidades que habían actuado de forma "más prudente", reconociendo un mayor volumen de activos problemáticos eran las que se veían sometidas a mayores exigencias.