"Te sientes confuso, ¿no es así?". "Ajá. ¿Y tu no?". "No". "Pues deberías, porque te equivocas si piensas que las cosas son diferentes solo porque no sean iguales. Las cosas son diferentes, pero de un modo diferente .... ¿No crees que todo podría volver a ser como antes? Solo que un poco diferente". Es una conversación que mantienen los personajes de Cary Grant e Irene Dunne en The awful truth (La terrible verdad , en inglés; un filme de Leo McCarey rebautizada en España como La pícara puritana ). Pero bien podría ser el diálogo entre dos inversores estos días. ¿Cómo no estar confundido, con todo lo que está pasando en tan poco tiempo?

La acción concertada de los principales bancos centrales del mundo para evitar un colapso de liquidez de la banca --y por ende de la economía-- mundial provocó ayer una nueva jornada de euforia como la del lunes, tras el pequeño bache del martes. El Ibex 35 subió el 3,96% y la prima de riesgo bajó de los 406 puntos básicos a los 395.

Con todo, como cura para euforias excesivas, conviene recordar que el selectivo bursátil ha perdido el 5,6% de su valor en el mes y que la prima sigue a niveles insostenibles a medio plazo. Y no está de más recordar que el comisario de Asuntos Económicos advirtió ayer de que la UE ha entrado en un "periodo crítico de 10 días". La terrible verdad es que la medida de los bancos centrales solo sirve para comprar tiempo de cara a la cumbre europea del día 9. El filme es una comedia. Esperemos que esto no sea un drama.