La eurozona sopesa reforzar los poderes de intervención de las instituciones de la Unión Europea (UE) en el gobierno de los países en apuros, retirar el derecho a voto a los países incumplidores, dotar a las autoridades europeas con capacidad de actuación en los procedimientos presupuestarios nacionales y crear un sistema incipiente de eurobonos, explicó ayer el presidente de la UE, Herman Van Rompuy, durante un debate en el Parlamento Europeo sobre el gobierno económico europeo y la estrategia para superar la actual crisis de la deuda pública.

Van Rompuy anunció que propondrá el 9 de diciembre a los líderes de la eurozona nuevas cesiones de soberanía a través del pacto del euro, que conduzcan a una mayor integración en política económica, fiscal y presupuestaria, así como otras medidas de mayor integración que podrían requerir una reforma "limitada" del Tratado de la UE. Van Rompuy presentará en la cumbre de diciembre un primer borrador, para formular una propuesta definitiva en marzo o junio del 2012 tras unos meses de debates políticos.

La cancillera alemana, Angela Merkel, respaldó desde Berlín ese plan de reforzar el gobierno económico de la eurozona y reiteró que no le correspondía al Banco Central Europeo (BCE) resolver la actual crisis de la deuda pública.

CONVERGENCIA ECONOMICA El objetivo, explicó Van Rompuy, es "reforzar la convergencia económica" de los países de la eurozona más allá del paquete de gobierno y supervisión económica ya adoptado. Para ello, propuso una cooperación más estrecha entre los 17 países del euro, un reforzamiento de la disciplina presupuestaria y una profundización de la unión económica.

Entre las medidas que estudia Van Rompuy figuran el endurecimiento de las sanciones de los países laxos con el déficit y con la deuda pública, que podrían llegar "en casos extremos" a la pérdida del derecho a voto dentro de la UE y la suspensión de la entrega de los fondos regionales europeos y de otras ayudas comunitarias que les puedan corresponder. En el caso de que un país sea incapaz de seguir las recomendaciones de sus socios para enderezar su situación económica y presupuestaria, Van Rompuy señaló que "una autoridad central europea debería tener el poder de intervenir en la elaboración del presupuesto nacional" de ese estado.

Para reforzar la unión económica en la eurozona, Van Rompuy indicó que estudia la armonización en algunos impuestos e incluso en algunas políticas sociales. Asimismo, se plantea la posibilidad de avanzar hacia "una mutualización limitada de la deuda pública" de los países de la eurozona con la creación de algún tipo de eurobono y regulaciones adicionales para el sector financiero.

"Necesitamos disciplina presupuestaria e integración económica orientada hacia el crecimiento. No se trata sólo de castigar a los pecadores, sino también de vincular nuestras políticas, demostrar que compartimos un destino común", subrayó Van Rompuy. Frente a las críticas británicas y de los otros nueve países que no participan en el euro, Van Rompuy insistió en que esa integración cada vez mayor de la eurozona, esa "Europa a dos velocidades", no debe verse como una amenaza, porque toda la UE se beneficiará de una

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