El Córdoba CF B, sin ascenso directo pese a superar al Salerm Puente Genil en El Arcángel

No hubo milagro. El Córdoba CF B cumplió y superó con claridad y contundencia al Salerm Puente Genil en el derbi alojado por El Arcángel (2-0), escenario para un choque vibrante entre vecinos en el que los de Diego Caro sometieron a los de Puentenueva, aunque sin el botín requerido para asaltar la primera plaza sobre la bocina, que queda atada por el Antoniano -tras golear al Coria en su respectivo encuentro-, con el consecuente ascenso directo a Segunda RFEF. Un rédito sobresaliente en lo propio, a fin de cuentas, aunque insuficiente en lo ajeno, para decir adiós a un curso regular esperanzador, que acaba en un contexto enrarecido, pero al que aguarda un capítulo brillante en la fase de promoción.

Domina el filial

Luciendo once de gala, los de Diego Caro saltaron a El Arcángel con las premisas grabadas a fuego: solo valía ganar. En un par de lances, la consigna quedó reflejada a base de intensidad e insistencia, con Pau Russo abriendo la primera tanda de aproximaciones apenas un par de minutos después del arranque, tras un servicio a Juanma Bernal en el que el sevillano acarició el primero de la tarde ante los rojillos. Fer Romero, a balón parado, en la acción consecutiva, volvió a exigir a Javi Romero para sentar las bases de un guion dominado por los blanquiverdes.

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Paralelamente, los de Puentenueva, por su lado, cerraron filas aguardando su oportunidad desde una primera línea ordenada, con pensiones intermitentes que, por momentos, apretaban pero no ahogaban las transiciones blanquiverdes. Amin, en la primera pontana, probó a Tarrés con un disparo lejano aunque potentísimo, mientras que Jan Reixach, a la réplica, perdonó en el pulso ante Romero. 

Rumor en la grada

Entre acción y reacción en el terreno de juego, otro partido se desarrollaba en la grada, donde la pugna también era tremenda. La confrontación festiva protagonizada por las mareas blanquiverde y rojilla, de esta forma, -con un desplazamiento más que notable al feudo cordobesista- empujaba y entrelazaba cánticos de arenga por un lado y por el otro, aunque también dejando cierto espacio para el rumor. Un contexto, a su vez, quebrado de un plumazo por la diana de Pau Russo de falta directa -golazo-, una vez rebasado el ecuador del primer acto para situar la alegría momentánea en el coliseo blanquiverde, en el que los goles del Rayo Majadahonda ante el primer equipo, que simultáneamente se batía en el Cerro del Espino, así como los del Antoniano en Coria del Río, con hasta tres dianas antes del descanso, restaron paulatinamente decibelios al ambiente.

La marcha al receso, por otro lado, llegó bajo un escenario complejo. Adrián Turmo y Bernal rondaron el segundo en un último arreón de juego y ocasiones blanquiverde, aunque sin acierto para dejar el 1-0 asentado hasta el descanso, que sentó como soplo de aire fresco para un Salerm Puente Genil tambaleante. El paso por vestuarios, en esa línea, estímulo a sendas escuadras y marcó la nueva pauta para la local: ganar más allá del resto de encuentros. Con el abultado marcador a favor del Antoniano en el Guadalquivir Estadio -que ganaba por tres goles -, cualquier opción de asaltar el liderato sobre la bocina parecía esfumarse, aunque tocaba cumplir en lo propio para esperar el milagro en lo ajeno. Y así se mantuvo.

Sin opciones

La segunda mitad, con el cambio de escena, no alteró la tónica. El Córdoba CF B reafirmó su dominio tras unos primeros compases en los que los de Puentenueva buscaron sorprender por mediación de Rubén Jurado, cabeza de la propuesta atacante rojilla frente a Lluís Tarrés, al que probó sin acierto desde la medialuna y la lejanía. En el otro lado, Turmo tampoco pudo superar a Javi Romero en el mano a mano, a diferencia de Pau Russo, aprovechando un servicio de Marc Esteban tras una mala salida de balón visitante para poner el 2-0 en el marcador, justo cuando el Antoniano hacía el cuarto y el quinto en el Guadalquivir Estadio.

Sin premio más allá de las sensaciones -vitales para encarar con garantías la fase de ascenso a Segunda RFEF- y el runrún de la grada diluido ante la obviedad, el filial blanquiverde buscó gustarse. Los minutos finales, así, se tradujeron en un intercambio de zarpazos desacertados entre ambas agrupaciones, en el que los rojillos pudieron acortar distancias, aunque también ampliarlas. Fue un colofón extraño, tanto por un lado como por el otro, para un curso repleto de matices, en el que los derbis entre blanquiverdes y rojillos podrían no haber acabado, de cara a una hipotética semifinal por el salto de categoría en lo venidero. Están preparados.

Con este resultado, el Córdoba CF B cumple ante el cuadro rojillo aunque cierra el curso en la segunda plaza del Grupo 10 de Tercera RFEF, tras el triunfo del Atlético Antoniano ante en Coria del Río (0-5), que deja adjudicado el ascenso directo para los lebrijanos. Tras haber dejado escapar el tren hacia el liderato hasta en tres ocasiones, los de Caro preparan ahora un doble derbi vibrante ante el Ciudad de Lucena en la fase de promoción, que arrancará el próximo 30 de abril en el feudo aracelitano. Paralelamente, el Salerm Puente Genil despide el curso regular con cierto sabor agridulce, emplazado a su vez a su inminente cita por el ascenso ante el Gerena, el mismo 30 de abril en el Manuel Polinario.

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