El Gran Premio de Argentina de de motociclismo, que empezará, contrariamente a lo habitual, esta sábado a las 13.45 hora española (08.45 horas local), con el primer entrenamiento oficial de Moto3, es el gran premio número 499 que organiza la compañía Dorna y, por vez primera en la historia, en esta dilatadísima carrera de éxitos, uno de los cinco inmensos aviones que transportaba toda la carga del Mundial sufrió, no una sino dos averías, y debió ser reparado en Mombasa (Kenia), retrasando su llegada hasta la misma noche de ayer y obligando a la suspensión de los entrenamientos del viernes.
Como pueden suponer, la actividad en el circuito, en el ‘paddock’ y, también, en el aeropuerto de Santiago de Estero donde, al final, aterrizó el inmenso Boeing 777 averiado, fue escalofriante, electrizante y espectacular pues, a lo largo de toda esta noche, camiones, cajas, ‘toros’ y decenas de mecánicos han estado trabajando, bajo los focos, para poder construir los ‘boxes’ que faltaban y dejarlo todo a punto para que, dentro de unas horas, los pilotos puedan poner sus motos a punto y empezar a correr.
Primer problema serio
“Cuando uno organiza un evento así está expuesto a que aparezcan problemas de esta índole”, comenta Carmelo Ezpeleta, máximo responsable del Mundial de dos ruedas. “Normalmente, los más graves suelen ser los metereológicos, como nos ocurrió, poco antes de la carrera de MotoGP de Mandalika, en Indonesia, pero, por vez primera, se nos ha averiado uno de los grandes aviones que transporta parte de las cajas. Y, no una, sino dos veces”.
El Mundial, en esta ocasión, ya que también habían las cajas del campeonato promocional de la Asia Talent Cup, que suponen 28.000 kilos más, transportó, de la isla de Lombok (Indonesia) a Termas de Río Hondo (Argentina), 383.000 kilos, distribuidos así: 235.000 de material de los equipos, 133.433 de la propia organización, Dorna TV y coches de seguridad y 15.000 de otros proveedores, como Michelin y diversas firmas de asistencia, como suspensiones y frenos, a Termas llegaron, finalmente, 734 cajas de los equipos, 154 de Dorna y 103 de proveedores diversos.
Los aviones fletados fueron cinco, tres Boeing 747 y dos Boeing 777. “La guerra de Ucrania ha añadido un enorme problema a los transportes aéreos y es que se ha visto reducido, en un 20%, el número de aparatos de este tamaño, que como pueden comprender, son inmensos, para contratar, ya que son de compañías rusas”, señaló Ezpeleta tras anunciar la suspensión de los entrenamientos de ayer viernes.
Resignación en todos
Algunos equipos, como por ejemplo el del campeón francés Fabio Quartararo (Yamaha) o el de Aleix Espargaró (Aprilia), sí habían podido montar sus ‘boxes’. “Yo tengo hasta mi bici, así que, mientras no pueda correr con mi Aprilia, daré vueltas con mi bicicleta de carreras y repasaré el circuito, que está sucio, porque aquí suele haber poca actividad, pero no horroroso, además estamos acostumbrados pues tanto en Qatar como en Indonesia, donde se han disputado las dos primeras carreras, tampoco hay mucha actividad y estaba igual de sucia”.
El problema, claro, es que habiendo perdido tantos entrenamientos (Moto3, Moto2 y MotoGP), la pista tardará en limpiarse. “Y, además, tenemos que hacer todo el trabajo”, señaló el portugués Miguel Oliveira, ganador, con KTM, en Mandalika, hace quince días, “con dos sesiones menos y, sobre todo, con muy poco tiempo entre sesión y sesión y, por tanto, deberemos acertar mucho con la puesta a punto, pues nuestros mecánicos no podrán entretenerse mucho en cambiar la moto”.
“Yo solo sé que es una buena oportunidad para sorprender”, comenta Àlex Márquez, piloto del equipo LCR de Honda. “Quiero decir que, normalmente, siempre utilizas el viernes para ponerlo todo a punto; ahora, habrá que acertar a la primera y, si aciertas, tendrás cierta ventaja sobre los que se entretengan más en encontrar la puesta a punto buena, pues perfecta no creo que lo logre nadie, para afrontar la ‘quali’ y, claro, la carrera”.
