Una derrota fue clave para que España ganara en el 2013 su último Mundial. Perdiendo ante Croacia en el último partido de la fase de grupos, los Hispanos fueron por la parte más fácil de los cruces antes de coronarse en el Palau Sant Jordi. Este lunes Hungría y España, clasificados para cuartos, debían decidir con quién se cruzaban. El ganador se mediría con Noruega y el perdedor con Francia. Los hombres de Jordi Ribera han ido a por el partido desde el primer momento, ante un rival que ha reservado a sus titulares, dando por bueno perder y medirse con el cuadro francés. Lo que igual no habrán dado tan por buena es la paliza que se han llevado ante una España que no ha economizado energías y se han pegado un homenaje (36-28).

El tiempo dirá cuál de las dos estrategias ha sido la mejor, si reservar y salir vapuleado, o la de apretar para seguir en dinámica positiva. El 6-2 inicial ya daba señales de que el partido solo tendría un color rojo. Sin sus mejores mejores tiradores en pista, el cuadro magiar chocaba una y otra vez con la férrea defensa española. Y cuando lograba superarla se encontraba con un Gonzalo Pérez de Vargas que sigue rindiendo a un nivel estelar (15 paradas). Solo un par de goles encajados jugando sin portero (único lunar del partido) han permitido a los húngaros maquillar un tanto el marcador.