Empezó la tarde manejando opciones muy razonables para asaltar el liderato y la terminó cabeceando y preguntándose cómo le había podido ocurrir esto. El Córdoba CF patinó en el momento más inapropiado. No hizo lo suficiente ni lo correcto. La realidad, esa a la que tantas veces han hecho referencia en los últimos días el técnico Pablo Alfaro y los profesionales más sensatos de su entorno, mordió a un equipo que se ve obligado de nuevo a rehacer las cuentas. Se ha metido en un buen lío, porque los adversarios directos cada vez son más.

[Así hemos vivido el partido]

La derrota ante el Yeclano ha supuesto una bofetada considerable al plan. No tardará en comprobarse si el golpe tiene un efecto despertador tras la ensoñación de la Copa del Rey o si, por el contrario, se convierte en material para armar una pesadilla recurrente. Perder ante el Yeclano no significa que el Córdoba no tenga condiciones para acabar esta primera fase entre los tres primeros, pero de ahí no se debe salir. No hace falta recordar lo que sucedió el curso pasado, con la paralización de la liga por la pandemia del coronavirus y lo que eso supuso para los blanquiverdes. Si el tren se detiene, que el Córdoba esté en los vagones cabeceros. Ojo al tema.

Qué traicionera es la Segunda B. Cuántas trampas tiene el camino. Nada garantiza nada aquí. Ni el historial, ni los sueldos de los futbolistas, ni lo bien diseñados que estén los proyectos sobre el papel. Un rival motivado, un par de cantadas en defensa, los nervios o no sé qué... y al traste todo. Decir que el margen de error es mínimo resulta ya una obviedad. Una pifia del calibre de la cometida ante el Yeclano exige una compensación de la misma magnitud, pero a la inversa. El próximo encuentro lo disputará el domingo que viene ante el UCAM Murcia, donde se la juega. Luego quedará lo de El Arcángel, ese reino vacío en el que el Córdoba se ha dejado arrebatar -o ha regalado- media docena de puntos -los partidos ante el filial del Sevilla y el del Yeclano- que marcan la distancia entre estar donde debía y donde está ahora. Esta es la realidad del Córdoba, que en los próximos días se retocará en el mercado para encarar el capítulo decisivo en esta guerra.