El Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre recobró este lunes una parte vital de su esencia con el regreso al trabajo del Córdoba Patrimonio de la Humanidad. Las instalaciones, que hace unos meses acogieron con éxito el primer año en la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) del equipo presidido por José García Román, aguardaban a un plantel impaciente por arrancar las sesiones de entrenamiento tras el largo parón.

Las risas y las bromas no faltaron en el regreso al trabajo del Córdoba Patrimonio. / A.J. GONZÁLEZ

La ilusión y la ambición, aunque sin dejar atrás la necesaria mesura, se dejaron notar sobre la pista. Josan González entabló fuera de la misma las primeras conversaciones con un bloque al que prácticamente ya dirigió en su totalidad durante su breve trayectoria como blanquiverde -incluso a algunos de ellos en su etapa al frente de ElPozo Ciudad de Murcia-. Cabe recordar que el técnico pontanés sustituyó a Miguel Ángel Martínez Maca en la primera semana de marzo. Sin embargo, su debut no llegó a materializarse el pasado curso debido a la paralización de todas las competiciones.

A los ya conocidos Cristian Ramos, Nono Castro, Jesús Rodríguez, Pablo del Moral, David Leal, Zequi, Koseky, Manu Leal y Kazuya Shimizu -que llegó a tiempo después de estar concentrado con la selección de Japón- se les unieron los seis fichajes efectuados: Jesulito (Aqua e Sapone italiano), Álex Constantino (Al Arabi kuwaití), Boyos (Signor Prestito italiano), Saura (O Parrulo), Ricardo (ElPozo Murcia) y Alfonso Prieto (Levante). Además, la cantera estuvo representada al formar los guardametas José Manuel y Víctor, el ala-cierre Joaquín y el pívot Pedro.

Foto de equipo de los fichajes en el entrenamiento realizado en Vista Alegre. / A.J. GONZÁLEZ

El buen ambiente reinó desde el principio y la adaptación de las caras nuevas al grueso del vestuario se produjo de forma rápida y certera. De hecho, las bromas poco tardaron en sucederse mientras el calor azotaba a conciencia. Los futbolistas, todavía con ropa deportiva de años anteriores, apretaron en el apartado físico para ponerse en forma lo antes posible.

Juan Daniel Belmonte, preparador físico cordobesista, no ofreció ningún respiro a una plantilla convencida de sus posibilidades. Los minutos iniciales centrados en el calentamiento solo fueron la antesala de una tarde donde la intensidad se impuso por encima de cualquier otro condicionante. González, arropado por su equipo en banda, manejaba la pizarra y observaba la evolución de un Cristian Ramos que mejoraba de su lesión aunque sin poder mantener el ritmo del grupo.

García Román observa las evoluciones de sus jugadores. / A.J. GONZÁLEZ

También García Román se dejó ver por el pabellón en un día especial y repleto de incertidumbre. La crisis sociosanitaria causada por el covid-19 atisba serias dudas para la presencia de público en las gradas -y lo que conllevaría para la campaña de abonados-. Todos estos interrogantes no tienen una respuesta clara a estas alturas. Lo único cierto es que la magia de Vista Alegre volvió por momentos bajo las directrices de un González muy implicado, que no perdió la opción de corregir cualquier mínimo fallo.