Josep María Bartomeu no duda. Aprovechando la tradicional comida navideña con los medios de comunicación, el presidente del Barça quiso lanzar «un mensaje de normalidad» sobre el inminente clásico que se vivirá en el Camp Nou, el próximo miércoles 18 de diciembre. Está convencido de que el encuentro con el Real Madrid, con el liderato en juego, pendiente de lo que hagan ambos equipos este fin de semana (el de Valverde visita el sábado Anoeta y el de Zidane pisa el domingo Mestalla) «será una fiesta». Capaz, según sostiene el dirigente azulgrana, de superar todos los problemas políticos que ya acabaron forzando su suspensión el pasado 26 de octubre.

«El clásico se jugará», sentenció Bartomeu en su discurso navideño. «No se volverá a aplazar», apuntó luego con energía el presidente para apaciguar el clima polémico que se ha instalado desde que Tsunami Democràtic anunciara movilizaciones alrededor del Camp Nou a partir de las 16,00 horas, solo cuatro horas antes del inicio del choque.

El dirigente lanza un mensaje de «normalidad» y anima a los socios a apoyar a su club

De ahí, que las palabras del dirigente fueron siempre tranquilizadoras para no tener que llegar a otra situación límite como ya sucedió hace menos de dos meses. Apeló Bartomeu a la «responsabilidad de todos» para evitar que el fuego sentimental que se vive en torno al clásico termine de mala manera.

TODO ES «COMPATIBLE»

En ese sentido, el presidente del Barça admitió el delicado entorno que rodea al partido, aunque, de inmediato, exigió que se pueda compaginar todo. «Sabemos que vivimos un momento social y político complejo», reconoció Bartomeu. «Pero estoy convencido de que es compatible con que se juegue un partido de fútbol», añadió después trazando la hoja de ruta diseñada por su directiva para llegar al 18 de diciembre sin más problemas, permitiendo que el balón se acabe imponiendo a tanto ruido. «El que quiera puede hacer obviamente sus manifestaciones de forma cívica y pacífica», subrayó.

«ESTADIO DE LIBRE EXPRESIÓN»

No citó, en ningún momento, la pancarta con el lema de «Spain Sit and Talk» que exige Tsunami para que el clásico se celebre con toda normalidad. Bartomeu recalcó, eso sí, que el Camp Nou «ha sido y será un espacio de libre expresión», por lo que se veía obligado a lanzar, de nuevo, un «mensaje de normalidad». Por eso, quiso recordar que el club está preparando el partido como siempre, animando «a los socios a venir a dar su apoyo al equipo en familia o con amigos», como hacen de manera habitual.

Es la primera vez en los últimos días en que el presidente del Barça se posiciona públicamente sobre el clásico. Lo hizo, además, desde la convicción de que no habrá un segundo aplazamiento del decisivo choque con el Madrid. «Las garantías estarán e intentaremos que gane la deportividad y el apoyo de los socios y aficionados a los jugadores». En todo momento, Bartomeu incidió en fomentar un clima familiar para recibir al equipo de Zidane. «Entre todos tenemos que hacer que sea una fiesta del deporte y también del civismo», recalcó el dirigente.

El Barça, un día antes del clásico, realizará la reunión mensual de la junta para diseñar el operativo final del partido donde los Mossos d’Esquadra ya han anunciado que blindarán el trayecto de acceso de los jugadores y árbitros hasta el Camp Nou.