El club fija los objetivos, el entrenador vende fe e ilusión, pero si los jugadores no la quieren comprar a un precio razonable el equipo no tiene nada que hacer.

La diferencia entre un equipo normal y otro ganador, recae especialmente sobre dos conceptos fundamentales; en saber competir, y en el compromiso que asuma y adquiera el jugador durante la temporada. Un equipo unido es un equipo más fuerte a la hora de competir que otro que no sea capaz de administrar y superar durante la temporada las dificultades o adversidades.

Un equipo que su principal objetivo es el ascenso (Córdoba CF) ha de ser solidario, comprometido, fuerte mentalmente, que sepa adaptarse y sobrevivir a las exigencias que ha marcado el club y que seguramente le va a exigir el aficionado.

Cuanto antes y mejor sea el proceso de adaptación del jugador a su nuevo equipo, antes dará resultados y será rentable. Es importante el apoyo del club para facilitar esa adaptación (colegio de sus hijos, alojamiento, entorno ciudad, etcétera), la ayuda de los "líderes" dentro del vestuario, el calor y apoyo de la afición, y la creación de una dinámica constructiva en el que todos caminen en la misma dirección es fundamental. "Si el camino se tuerce, tú mismo debes enderezarlo".

El Córdoba CF inicia la temporada con un presupuesto que rondara los 6,7 millones de euros, presupuesto coherente para asumir responsabilidades y luchar durante la temporada con los cinco primeros equipos de la liga Adelante (la Liga Adelante ha rebajado los costes de personal en general, y pasará de 111,4 millones en 12/13 a 109,2 millones en 2013/14 tomando a los mismos equipos que disputaron la reciente temporada).

Es cierto que cuando un equipo comienza la búsqueda de objetivos, a veces descuida el equilibrio entre roles en general y pierde el sentido de la proporción. El objetivo deber ser ambicioso pero también debe ser real y alcanzable. Con el presupuesto que fijan los clubs es importante equivocarse lo menos posible (no hay margen de error, puesto que los demás pueden manejar mas información que tú, y pueden equivocarse menos). También es importante ir manejando alternativas para estar preparados en el mercado de invierno y seguir compensado la plantilla (en el último tramo del campeonato influyen de manera decisiva, incorporaciones en el mercado de invierno, lesiones, estado físico, capacidad competitiva, etc). La diferencia entre un equipo normal y otro ganador reside en el compromiso y la confianza; no es lo mismo buscar una excusa para poder fallar, que aquellos que buscan la solución para poder vencer.

El Córdoba CF ha fijado su objetivo en el ascenso (13/14), pero los objetivos tienen que ser ambiciosos y a la misma vez realistas. Un club que incorpora a mas del 50% de jugadores en su plantilla correrá riesgos, y dependerá de la adaptación inmediata de las nuevas incorporaciones (no hay tiempo para fallar, solo hay tiempo para competir, ganar y cumplir el objetivo al final de temporada). En esta implicación de jugadores y adaptación inmediata, no será lo mismo el jugador que juega para después irse a casa cuando termine el partido, irse a cenar hasta altas horas de la noche, que uno que piense que juega para pagar el colegio de sus hijos, la luz, el pan para los suyos (estos parámetros son los que se deben evaluar a la hora de hacer un fichaje).

Es labor del entrenador y equipo de trabajo hacerles ver a los jugadores que a medida que avance el campeonato irán en aumento las dificultades, y ahí es donde ellos deben estar y responder de manera contundente.

Un "equipo súper top" no es un sello de empresa que se compra y en dos años comenzamos a utilizarlo, dependerá de sus éxitos o fracasos. Para los clubs grandes solo existen los aprendizajes. De cada fracaso deben hacer una victoria porque emprenden algo y eso les hace ser mejores a medio largo plazo.

Debemos pensar que tanto los clubs como jugadores serán siempre el resultado de su conducta ante cada situación. Porque la mayor derrota que puede sufrir un equipo está constituida por la diferencia entre lo que uno podía haber llegado a ser y en lo que uno realmente se ha convertido.