"El partido no fue cómodo, ni mucho menos. La Real Sociedad se encontró con un rival aguerrido y bien plantado en el césped. Sin grandes alardes pero con el oficio habitual de los equipos de Lucas Alcaraz, los andaluces obligaron a los hombres de Martín Lasarte a emplearse con todas las armas a su alcance, ya que el fútbol no bastaba".