La felicidad era enorme en Marbella. España acababa de doblegar a una combatiba Alemania, se metía en las semifinales de la Davis, donde se medirá a Israel, de nuevo en casa, y había que celebrarlo por todo lo alto. Por eso los jugadores dieron la vuelta de honor a la pista y mantearon al capitán, Albert Costa. "Estoy supercontento. Nos merecemos este triunfo, todos hemos hecho bien nuestro trabajo", afirmó Costa, micro en mano.

El capitán valoró el "gran esfuerzo de Verdasco" durante toda la eliminatoria y también se rindió ante la actuación de Juan Carlos Ferrero, el inesperado invitado que acabó por convertirse en uno de los protagonistas al dar el punto definitivo. "Ha salido el mosquito y la ha tenido que liar", dijo Costa en referencia a Ferrero, que no iba convocado en el equipo de la Davis desde el 2005. "Estoy flipando. El domingo estaba de vacaciones y ahora estoy aquí", se sinceró todavía impactado el tenista, el único jugador español que cuenta en su palmarés con dos Davis. "Estar en el equipo es muy difícil. Hay grandes jugadores y está muy caro ir convocado. He ayudado en todo lo que he podido", añadió Ferrero, quien admitió que incluso con el 5-1 a favor en el tercer set sufrió "como una bestia".

El jugador quiso restar importancia al hecho de ganar el punto decisivo. "No soy el héroe. El que pasa la eliminatoria es España y no yo. Solo he dado un punto", aseguró Ferrero, quien agregó que para él es muy especial esta competición. "Las sensaciones de la Davis se viven de forma especial. Es algo que no se siente ni en un Grand Slam".