El partido dejó cosas lindas y, sobre todo, enseñanzas que nos permiten seguir soñando. Yo, como además del recuerdo del himno junto a Hierro recuerdo otras cosas, no quiero lanzar las campanas al vuelo. Pero sí quiero recordar que Villa cazó tres el otro día y ayer metió el decisivo. No me extrañó, luego, oírle decir que prefiere uno en el 93 que tres durante los 90. Insisto, tener un goleador así vale su peso en oro.

Segunda pequeña reflexión. Se acuerdan del escándalo Torres, ¿no Pues me río yo de esos escándalos. Bobadas. Luis sabe que Torres es su hombre y ayer lo demostró con un golazo de depredador. Y, mira por dónde, fruto de una gran jugada de estrategia, otra de las virtudes que no suele brillar en nuestro fútbol.

España ganó su segundo partido con un poco de todo. De todo lo bueno: goleador, banquillo del bueno, oportunismo, resurrección de un dios como Torres y unas gotitas de pizarra. De todo eso vamos a necesitar para alcanzar la final. ¿Final? ¿He escrito final? En qué estaría pensando.