Una tarde haciendo más números, cálculos y probabilidades que el servicio de estadística de la Universidad. Y, como a partir de ahora, todos nos vamos a ir tirando a la piscina de una manera u otra, yo también. Desde hoy, para mí, el rival con mayúsculas es el Racing de Ferrol.

Después de estar todo el día buscando cadáveres para rellenar las cuatro tumbas que dan el pasaje a Segunda B, decidí por diferentes circunstancias que tres de ellas tienen marcado el nombre. O lo están terminando de rotular. Poli, Granada 74 y Alavés. La ventaja es que, precisamente, el domingo es la final de verdad, ante los gallegos.

En la última jornada los ferrolanos han de recibir al Castellón de Pepe Murcia. Aunque, pensándolo bien, creo que en la piscina no hay ni agua. Siempre creí que el Ferrol se salvaría y el técnico cordobés dijo que, como blanquiverde, echaría una mano. Después de declarar eso perdió en Jerez y cayó en casa ante el Albacete.