Diversas pruebas aportadas por socios del Barcelona comprometen seriamente a Joan Gaspart como principal protector de los grupos violentos, especialmente los Boixos Nois, que han convertido al Camp Nou estos últimos dos años en uno de los estadios más peligrosos de la Liga española.

Joan Gaspart posee, desde 1996, el carnet número 1 de los Boixos Nois, según reconoció ayer un portavoz oficial del Bar§a, tras comprobar que en la web del grupo radical se utiliza la imagen del presidente para captar nuevos socios. Gaspart nunca ha escondido sus simpatías por los Boixos Nois como declaró el 24 de abril del pasado año, a Ona Catalana: "Cuando deje de ser presidente me iré seis meses con los Boixos Nois".

La policía, descontenta con las medidas que está tomando el club para evitar incidentes, elabora en cada encuentro minuciosos informes como el que ayer sirvió a la Comisión Antiviolencia para proponer una multa de 6.000 euros por los incidentes ocurridos el sábado en el vestíbulo de tribuna, donde fueron golpeados varios periodistas.

Los miembros de la candidatura del actual presidente azulgrana mantuvieron en el hotel Illa de Barcelona, sede electoral de Gaspart, una reunión con los dirigentes de Boixos Nois, durante la campaña electoral, en la que pidieron a la peña su apoyo oficial. El día de las elecciones, Lluís Bassat, el otro candidato, fue increpado por este grupo.

La alarma ha aumentado después de los graves incidentes del sábado. El Bar§a ha entregado a la Policía todas las cintas de su circuito cerrado de televisión, especialmente en las que se identifica con claridad al autor del lanzamiento de la bengala, al causante de los destrozos al vehículo de Ona Catalana y a los principales alborotadores que destrozaron 10 puertas de tribuna.

La connivencia entre Gaspart y los Boixos Nois viene demostrada, según los socios consultados, por otras evidencias. El 20 de diciembre de 1997, el entonces vicepresidente primero del Bar§a abandonó su posición en el palco y bajó hasta el gol norte para dar personalmente el pésame al grupo por el fallecimiento de Sergio Soto, dirigente de los Boixos Nois, que tenía antecedentes penales. El club guardó un minuto de silencio. "Fuera nazis del Camp Nou", fue el grito que lanzaron diversos socios desde la tercera gradería durante el polémico homenaje. Los Boixos atravesaron todo el campo y agredieron, en represalia, a los integrantes de Sang Culé, a quienes culparon del boicot a Soto.

Varias personas consultadas, vinculadas a la seguridad del Camp Nou, han asegurado que la violencia en el estadio ha aumentado "hasta posiciones alarmantes", desde la llegada de Gaspart a la presidencia.