Reportaje

Cinco reinas de la copla en Córdoba

Cinco cantantes de copla de Córdoba.

Cinco cantantes de copla de Córdoba. / CÓRDOBA

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

No están todas las que son, pero, según el termómetro de la Federación de Peñas Cordobesas, María José Romero, María del Mar Martos, Rosario Córdoba, Carmen Abad e Isabel España son las cinco copleras cordobesas más solicitadas en los escenarios en este momento. Todas ellas tienen algo en común. Nacieron con el don de la voz y el deseo irrefrenable desde muy chiquitas de compartirlo con el público, lo que las llevó a buscar un maestro que las guiara. Unas escucharon coplas en la cuna, otras buscaron el sonido de la tierra por iniciativa propia, sin ninguna brújula familiar, pero todas han cumplido el sueño de colocarse la peineta y la bata de cola para interpretar uno de los géneros más auténticos y a la vez más complejos, que bebe del flamenco, el pasodoble, la zarzuela o el cuplé y que nació en su día del deseo espontáneo de las mujeres de compartir sus anhelos, sus desvelos, amores y frustraciones en forma de canción.

María del Mar Martos cantaba desde muy niña porque le nacía de dentro. «Mis padres no venían de este mundillo y no pensaban que yo tuviera algo especial hasta que un familiar me oyó y les dijo que me llevaran a un maestro de copla», señala. Fue así cómo con 14 años, acudió primero a la escuela de Lola Fragero (Antonio Fragero acababa de morir) y a la de Manuel Roncales en Sevilla después. «Tenía 15 años, iba en el coche con mi madre a clases de dos horas cuatro veces al mes y lo hacía con gusto porque me encantaba». Según María del Mar, ella es «folclórica de nacimiento» y «lo mismo cantaba por Malú que por Estrellita Castro Mi jaca», afirma. Su problema era que al principio «yo era un caballo desbocado», recuerda. Por eso, acudió a Antonio Mondéjar, maestro de muchos artistas de Córdoba, para que la enseñara a moverse «en el escenario, a coger el abanico, a poner la mano y moverme con el señorío que requiere la copla», sentencia. A día de hoy, compagina su arte con su trabajo en la hostelería. «La copla es parte de mi vida, me ha dado mucho y me ha ayudado en mis días malos», explica. Madre de un niño al que le gusta escucharla cantar, confiesa que la copla «es un género estancado que vivió un boom con el programa de Se llama copla pero que vive días bajos porque «le falta promoción y más público joven». En eso coinciden las cinco. Todas tienen otra profesión que les da de comer siempre o cuando los bolos escasean, según los casos.

Imagen de María del Mar Martos.

Imagen de María del Mar Martos. / CÓRDOBA

Rosario Córdoba tenía 12 años cuando le entró el gusanillo de la copla. «Cantaba en mi casa cuando no me oía nadie, pero los vecinos se lo dijeron a mi madre», explica, «ellos dieron la voz de alarma». Su madre había dejado de escuchar música tras la muerte de un hermano. «Tiró la radio, así que yo me ponía el walkman y aprendía sola». Empezó con el maestro Juan Francisco Mata y a los 12 años tuvo su primera actuación en el Palacio de Congresos. Dependienta en una tienda, la copla es para ella un hobbie. «Ojalá pudiera vivir de esto», dice convencida, «actuar conlleva muchos gastos de gasolina, coche, vestidos, playback y no está bien pagado comparado con otros géneros, además, si pueden te regatean, supongo que porque tira más otro tipo de música».

Rosario Córdoba.

Rosario Córdoba. / CÓRDOBA

No hay canciones favoritas en los repertorios. Todas tienen referentes comunes: Isabel Pantoja y la Jurado, Marifé de Triana o Concha Piquer, pero cada una ha buscado hasta encontrar su estilo porque no les gusta imitar a nadie.

María José Romero llegó a la copla después que al baile. «La hija del maestro Fragero, que era mi maestra en la academia, me puso un día a cantar Pasodoble te quiero y le dijo a mi mad

María José Romero

María José Romero / CÓRDOBA

re que tenía talento». Recuerda que cuando iba a bailar, escuchaba a las alumnas de copla y se quedaba embobada. Poseedora de una veintena de premios nacionales, ha pasado por los programas de la tele, pero también trabaja en la hostelería. «No vivo de esto, es muy difícil hoy en día, los gustos de la gente no van por ahí, hay mucho chimpún para que la copla se abra hueco». Tampoco ella tiene un icono claro. «Todas las grandes tienen algo y yo he intentado captar lo que más me gusta de cada una de ellas», afirma.

Carmen Abad viene de familia de cantaoras, pero también empezó en una academia de baile, con 6 años, hasta que le dijo a su madre que quería ser artista y la llevaron a la escuela de Antonio Fragero y a los nueve meses empezó a actuar. «Desde entonces, no he parado». Auxiliar de Enfermería, vivió de la copla tras pasar por la televisión animada por su madre hasta que la pandemia se cruzó en su camino y volvió a su otro empleo. «Hay muchos artistas nuevos apostando por la copla, pero mantenerse es costoso, sobre todo, si quieres llevar músicos contigo, sin ellos el género se empobrece». Para Carmen, la copla «es todo, es mi madre, el cariño del público...». Su trabajo en ayuda a domicilio le ha enseñado el poder que tiene esta música. «Muchas veces les canto a los mayores, muchos se olvidan de su nombre, pero se saben las coplas», indica.

Carrmen Abad

Carrmen Abad / CÓRDOBA

Isabel España lleva cantando desde los ocho años. «Cuando mi hermana se casó, le dije que yo le haría un regalo especial y ese día cogí el micrófono y me subí al escenario a cantar». Su maestro fue Juan Francisco Mata, con él pulió su talento innato. Peluquera y maquilladora, ha compaginado su trabajo con la copla, pero ahora vive solo de su arte. «Hago ferias, teatros y todo tipo de eventos con un repertorio muy variado», señala, «si metes algo más de flamenco las peñas tiran de ti», afirma. Tiene dos discos en la calle y, como las demás, es una enamorada de las saetas. «Si la copla es difícil, la saeta lo es aún más, pero a la vez ¡es tan bonita!». Su diagnóstico de la copla es que si no se pone remedio, «pronto será un género en vías de extinción y ojalá me equivoque». Ojalá. Larga vida a la copla.

Isabel España

Isabel España / CÓRDOBA

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