Entrevista | Paco Montalvo Violinista

"Mi primera obra flamenca fue una rumba dedicada a Córdoba que titulé 'Calleja del pañuelo'

Volverá a tocar en Córdoba después de siete años. Ilusionado con el regreso, el 8 de junio espera poner el broche de oro a una gira que le ha llevado a recoger el aplauso en algunos de los escenarios más importantes del mundo.

Paco Montalvo posa en la terraza del hotel El Balcón de Córdoba.

Paco Montalvo posa en la terraza del hotel El Balcón de Córdoba. / Víctor Castro

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

-Está a punto de acabar la gira de Grandes Clásicos 2.0, este viernes tocará en Granada y el 8 de junio en el Teatro La Axerquía de Córdoba. ¿Qué momentos se le han quedado grabados de esta gira?

-Ha habido momentos muy bonitos como el comienzo en Italia, en Milán, que fue espectacular y el último que di hace unos días en el Teatro Real en Madrid, fue una noche inolvidable y otro sueño cumplido poder ofrecer un concierto en uno de los teatros más importantes del mundo y que acabara con una gran ovación. Cuando vas a ese tipo de templos de la música, el público sabe adónde va y había mucha expectación. El aplauso fue increíble, no recuerdo cuántos minutos duró, aquello fue muy especial para mí

-¿Qué repertorio recorre en este concierto?

-Grandes Clásicos 2.0 lleva este título porque en él sigo bebiendo de la música clásica y del flamenco. Lo que hago es aunar piezas propias con otras de los grandes clásicos pero con una visión diferente, dando a todas la característica única del violín flamenco.

-¿Quién le acompañará sobre el escenario de La Axerquía?

-En Córdoba estaré con todo el equipo, no podía ser de otra forma por estar en mi tierra y porque llevo muchos años sin la oportunidad de tocar aquí. Me acompañará Jesús Gómez a la guitarra flamenca, Miguel Santiago en la percusión, sonarán las palmas de Daniel Morales Magüe, Jorge del Pino y Chano el Califa, todos cordobeses; con el contrabajo, que es un elemento nuevo que he introducido este año porque me encantó cómo encaja su sonido con el resto del espectáculo, viene Carlos Romero y, al baile, una niña espectacular que es como de la familia ya, Irene Olvera, con quien llevo varios años de gira. También habrá alguna sorpresita.

"Problemas de agenda no ha habido para no tocar aquí desde hace siete años, no sé qué problemas ha habido, yo lo he pasado muy mal por no poder tocar en Córdoba"

-Siete años sin tocar en Córdoba es mucho tiempo. ¿Por qué no ha venido antes?

-Solo puedo decir que todos estos años he hecho lo imposible por estar aquí. Problemas de agenda no ha habido, no sé cuál ha sido el problema porque siempre he tenido la voluntad de tocar en mi tierra. Como cordobés, no hay nada más bonito que tocar en casa y, salvo los años de la pandemia, he estado en giras internacionales y lo he pasado muy mal por no poder tocar en Córdoba. Sé que ha habido voluntad política, y ahora me quedo con que después de siete años pueda volver a dar un concierto. Estoy muy agradecido y espero poder volver cada año, esa sería mi ilusión.

-Su violín flamenco ha sonado por todo el mundo. ¿La acogida es distinta en Andalucía?

-Yo diría que cada zona de España tiene su peculiaridad, su cultura y lo sorprendente es que en zonas donde te pueden llegar a decir que el público es un poco frío y vas un poco a ver cómo reacciona, la sensación final del aplauso y del calor que nos dan es la misma. La gente nos da un cariño en cada concierto que demuestra que disfruta mucho, porque va con muchas ganas de vivir algo diferente con el violín flamenco. Fuera de España pasa igual, hay países donde no sabes cómo van a encajar este espectáculo y para nada. Creo que el éxito radica en que el violín es un instrumento que canta con las melodías como me han dicho, cuando toco algún tema que tiene letra da la sensación de que el violín también está cantando. A eso le sumamos la fuerza que tiene el flamenco, el ritmo, la pasión de la armonía, la música clásica, el baile, los palmeros... y la mezcla es tan bonita. Yo lo disfruto un montón y pienso que si yo soy capaz de emocionarme el público lo disfrutará igual.

"El mundo de la música clásica que es muy elitista.. si apostaba por el violín flamenco sabía que no podría volver a mi carrera de concertista o no lo iba a tener tan fácil como hasta ese momento"

-Usted se formó con la música clásica, ¿en qué momento se coló el duende flamenco en su violín?

-En Córdoba, es difícil no escuchar flamenco, me ha acompañado desde que nací. Recuerdo haber escuchado en casa de mi abuela de niño a Paco de Lucía en la radio, discos de Camarón… Mi carrera como músico empezó a nivel profesional en lo clásico, pero el flamenco lo tenía en las venas, tocaba Paganini, Mozart o Beethoven, con Paco de Lucía como referente, desde chiquitito. Es cierto que tuve que reunir el valor para decir "me tiro y que sea lo que dios quiera porque lo que yo quiero hacer es violín flamenco porque eso era algo que no había hecho nadie, algo inédito". Intenté buscar algún referente, pero en ese momento no había ninguno. La decisión fue difícil porque siempre que te lanzas a hacer algo distinto hay un riesgo, te puede salir bien o mal, y yo sabía que el mundo de la música clásica que es muy elitista y que si hacía esto no podría volver a mi carrera de concertista o no lo iba a tener tan fácil como hasta ese momento. Pero fui valiente, hice lo que llevaba en el corazón que era hacer mi música y afortunadamente salió muy bien, no puedo estar más feliz de haber dado el paso.

-Sentía que era un camino de no retorno...

-Yo lo veía así y lo hablé con algunos maestros y con mi familia. Sabíamos que existía el riesgo de no poder volver atrás, pero lo tenía claro.

"El mundo del flamenco me acogió muy bien. Recuerdo que me preguntaban, ¿pero tú puedes hacer alegrías con el violín? Y cuando las tocaba, flipaban"

-Imagino que tendría miedo al recibimiento de los flamencos.

-Jajaja, tuve la suerte de que gustó desde el primer momento, el mundo del flamenco me acogió muy bien. Recuerdo que me preguntaban, ¿pero tú puedes hacer alegrías con el violín? Y cuando las tocaba, flipaban, no lo concebían. Claro que se podía, teniendo el referente de Paco de Lucía y sabiendo tocar el violín, todo eso fue saliendo.

-Es curioso que su referente como violinista no sea otro violinista sino un guitarrista.

-Tengo muchos referentes violinistas clásicos que me han inspirado mucho, pero Paco de Lucía ha sido mi referente como músico. No lo conocí, pero tuve la suerte de asistir al último concierto que dio en España justo antes de fallecer. A nivel creativo, Paco de Lucía fue la inspiración total porque fue quien elevó la guitarra flamenca y la hizo protagonista, porque hasta entonces se había considerado un instrumento de acompañamiento al cante y al baile. Eso fue lo que me hizo a mí pensar, figuras como la de Paco de Lucía son fundamentales en la historia del arte y de la música para que los que vienen detrás piensen por sí mismos y vean que se pueden hacer cosas diferentes. Para mí fue un ejemplo de valentía. Yo venía de una carrera clásica. El objetivo de un gran concertista es hacer lo que está en la partitura, ceñirte a lo que está escrito e interpretarlo, no hay posibilidad de creación ni de improvisación.

"Para el concertista clásico, todo empieza con la partitura. En el flamenco, es al contrario, nada parte de la partitura"

-Una de las cosas más difíciles sería no tener ninguna partitura.

-Como concertista clásico, todo está en la partitura, aunque yo en los conciertos lo memorizaba todo. En el flamenco, es al contrario, nada parte de la partitura, no hay esa cultura de escritura de la música flamenca y mucho menos obras escritas para violín. Todo lo he ido creando, haciendo arreglos de grandes obras clásicas y flamencas que me han marcado... hasta llegar a componer por mí mismo.

"De chico, ponía a Paco de Lucía de fondo y yo tocaba encima, ese era mi momento"

-¿Cuál fue la primera pieza que tocó con acento flamenco?

-Antes de tener esta idea de grabar mi primer disco, de chico, ponía a Paco de Lucía de fondo y yo tocaba encima, ese era mi momento. La primera obra flamenca que toqué fue una suya, La Barrosa, unas alegrías de Cádiz y luego obras de Albéniz, Tárregas, Granados… La primera obra flamenca que hice yo fue una rumba dedicada a Córdoba que llamé Calleja del pañuelo y en el concierto de Córdoba empezaré con ese tema y contaré por qué la titulé así.

-¿En su formación con grandes maestros, quién le ha marcado más?

-Voy a decir tres nombres, aunque deje muchos fuera. Por un lado, mi padre ha sido fundamental en mi carrera, tuvo la virtud de llevarme con los grandes maestros por el mundo; en Córdoba, tuve una etapa muy bonita de formación y la oportunidad de tocar con un profesor al que yo quiero mucho que se llama Yuri Petrosian y otro maestro Néstor Eidler, con quien trabajé muchos años, me quedaría con ellos tres como base, porque ellos son mi infancia. 

Paco Montalvo posa antes de la entrevista.

Paco Montalvo posa en la azotea del hotel El Balcón de Córdoba. / Víctor Castro

-Habla siempre de su padre, ¿su madre también estuvo siempre de acuerdo en que tuviera esa carrera desde niño?

-Hablo de mi padre porque es músico, pero mi madre me ha apoyado siempre y me ha respaldado en la parte más emocional. Gracias también a ella he podido hacer todo lo que he hecho.

-¿Tuvo usted una infancia sacrificada con tanto viaje?

-No lo siento así, creo que he tenido unas vivencias de niño muy feliz porque compaginé todo muy bien aunque me haya perdido algún cumpleaños. Me iba de viaje y volvía con cosas que contar. Me he sentido un privilegiado más que otra cosa, mi privilegio era recorrer el mundo y hacer lo que me gustaba que era tocar el violín.

-¿Algún consejo que le resuene siempre antes de subir al escenario?

-Recuerdo que en EEUU trabajé con un gran violinista, Alexander Markov, neoyorquino, y él me dijo que cuando uno sale al escenario, no puede estar pendiente de lo que te ha dicho tu maestro ni nadie, que eres tú quien se enfrenta al público y hay que salir a comerse el escenario sin pensar en nada más. 

-¿Qué diría a los niños que estén ahora empezando?

-Que en la vida es fundamental para desarrollar cualquier trabajo a alto nivel tener mucha disciplina, perseverancia y constancia con lo que uno sueña. Hoy día, parece que el esfuerzo no se valora tanto, pero en esta profesión es fundamental. Les diría que si les ilusiona, que no paren y que disfruten del camino porque uno no sabe dónde va a llegar, pero el camino se vive día a día.

"Ara Malikian es un fenómeno, ha hecho algo muy importante por el violín, que es sacarlo de los cánones y demostrar que un instrumento clásico puede hacer otras cosas"

-Ara Malikian viene este año también a Córdoba, ¿le gusta lo que hace?

-Creo que es un fenómeno. Hace unos años tuve la ocasión de verle, porque me gusta disfrutar de grandes artistas y creo que él ha hecho algo muy importante por el violín, que es sacarlo de los cánones y demostrar que un instrumento clásico puede hacer otras cosas y no estar encasillado en lo que se pueda pensar, al final, cada uno con su estilo hacemos que el violín tenga otras fronteras. 

-¿Cuál es su sueño a día de hoy después de tantos cumplidos?

-Que llegue el 8 de junio para tocar de nuevo en Córdoba, estoy superilusionado con la vuelta a mi tierra después de tantos años. No tengo más sueños que ese en este momento.

"En Córdoba, tocaré con la joya de la corona, un Nicolo Amati, el nombre de un lutier italiano que fue el primer maestro de la familia Stradivarius, un violín de 1660"

-Supongo que tiene muchos violines. ¿Cuál usará en el concierto de Córdoba?

-Tengo uno que es el más especial de la colección y que utilizo para las citas más importantes. En Córdoba saldré con la joya de la corona. Todos los buenos violines se construyen de forma profesional y cada uno tiene el nombre del lutier que lo ha hecho. El que voy a usar es un Nicolo Amati, el nombre de un lutier italiano que fue el primer maestro de la familia Stradivarius y es de 1660.

-¿Después del 8 de junio, tendrá vacaciones?

-En julio tendré algo de vacaciones. Luego empezaremos con lo siguiente. Tengo un disco que lleva tiempo en el estudio de grabación, puede que toque acabarlo o puede que hagamos gira otra vez. Yo trabajo mucho con la ilusión, veremos qué es lo que nos trae después.

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