al margen

Una bonita mañana

Fotograma de la película 'Una bonita mañana'.

Fotograma de la película 'Una bonita mañana'. / CÓRDOBA

Mia Hansen-Love, la que firmara esa interesante reflexión sobre la creación cinematográfica y la vida en “La isla de Bergman” (2021), escribe y dirige un nuevo capítulo en su interesante filmografía con “Un beau matin” sin apartarse del estilo que le caracteriza, construyendo sus textos a partir de experiencias propias o de sus seres más queridos.

En este caso, lo que parece ser originó este relato de autoficción no es otro que la forma en que perdió a su padre, después de una enfermedad neurodegenerativa, concretamente el síndrome de Benson (variante rara del alzhéimer que conduce a síntomas visuales), mientras conoce a alguien con quien tiene una aventura amorosa sin dejar de cuidar de su hija de ocho años. Para ello, se ha servido de una protagonista que está en el centro de esta encrucijada y en torno a la cual giran estas tramas donde el dolor y el sufrimiento que ocasionan asistir a cómo el padre va dejando de ser quien fue se mezcla con el deseo hacia ese hombre que vuelve a aparecer en su vida para iluminarla, aunque no sea fácil porque está casado y es padre de un hijo.

Para llevarlo a cabo, esta inteligente y competente cineasta se ha servido de una gran actriz, que parece estar presente en casi todo lo bueno que llega del país vecino del norte, me refiero a Léa Seydoux, inmejorable en este papel de madre solitaria y responsable que es superada por la situación en que se halla inmersa, aunque recibe la ayuda justa de su madre (solvente Nicole García) a la hora de elegir una residencia para su padre (excelente Pascal Greggory) cuando llega a una situación límite, un hombre que fue todo un intelectual y que es recordado por sus alumnos como un ejemplar profesor, pese a que ya quede poco de ello: una inmensa biblioteca a repartir y poco más.

El otro asunto que se trata, el del amor que reaparece después de muchos años, aporta cierto romanticismo al doloroso drama y sitúa a la protagonista en plena vorágine emocional.

Muy recomendable, pues.

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