Entrevista

Yuri Andrujovich, escritor ucraniano: "Putin intenta amedrentar a Occidente pero va de farol"

El autor presenta en Barcelona su libro 'Pequeña enciclopedia de lugares íntimos' a la vez que despliega su activismo social con su maltratado país

El escritor ucraniano Yuri Andrujovich en el CCCB.

El escritor ucraniano Yuri Andrujovich en el CCCB. / Ferran Nadeu

Elena Hevia

Hace unos 15 años, el escritor ucraniano Yuri Andrujovich (Ivano-Franjvsk, 1960) visitó Barcelona por primera vez para presentar uno de sus libros. Desde entonces, los ciudadanos desinformados hemos hecho un curso completo y doloroso no solo de la identidad del país eslavo sino también de lo que significa vivir bajo la amenaza del coloso ruso. Con un nuevo libro bajo el brazo, ‘Pequeña enciclopedia de lugares íntimos’ (Acantilado), resulta casi imposible hablar con el autor -uno de los más reconocidos de la castigada lengua ucraniana que hoy saca pecho- únicamente de sus creaciones literarias porque la actualidad, el dolor y las bombas se imponen. 

Su libro, a la vez un diario, un libro de viajes y una reunión de apuntes políticos, tiene un capítulo dedicado al Moscú de los 90. Describe la ciudad como un monstruo por el que en cualquier momento se puede explotar de amor. ¿Siente hoy lo mismo?

Yo había escrito, hace 30 años, un libro sobre la capital rusa, 'Moscoviada', donde solo mostraba lo atractiva e impactante que es y años más tarde en ‘Pequeña enciclopedia…’ maticé ciertas cosas: claro que es una gran ciudad, pero la apreciaría mejor si estuviera en Japón o en Brasil. Nuestro destino, decía, es tenerla al lado como un foco agresivo. Lamentablemente los hechos me han dado la razón.

Imagino que la independencia de 1991 fue un enorme impulso para la maltratada literatura ucraniana.

Las circunstancias materiales fueron muy difíciles porque carecíamos de muchas cosas pero ganamos algo fundamental: la libertad de expresión vinculada a una conciencia colectiva. La historia de la literatura antes de ese momento, el de la caída de la Unión Soviética, estaba condicionada por la prohibición. Sabíamos que antes de que se publicaran los libros iban a venir los censores con sus tijeras. Así que en el 91 entre otras cosas hubo también una de refundación de nuestras letras, porque mucha gente empezó a escribir en su lengua materna, algo que ha pasado a ser mayoritario al incentivarse tras la invasión. La lástima es que hay muy pocos autores ucranianos traducidos a lenguas mayoritarias.

¿Qué papel están cumpliendo esos escritores respecto al debate público en el país?

Las redes sociales se han revelado como cruciales. Son una buena plataforma para el debate. En Facebook los escritores, en general muy activos, publican artículos críticos de carácter social y político y expresan ideas que después aparecen en discursos más oficiales, como por ejemplo, los de Zelenski.

La corrupción y la pobreza han sidodos clichés manejados durante mucho tiempo por la prensa occidental para definir Ucrania.

Al margen de que se ganaran muchas cosas, Ucrania con la independencia quedó a merced de los corruptos y arrastrando una extrema pobreza. ¿La guerra ha servido para revisar esos aspectos, para hacerlos más visibles?

La corrupción y la pobreza han sido dos clichés manejados durante mucho tiempo por la prensa occidental para definir Ucrania, pero creo que hay que hacer una matización porque desde luego no son dos características intrínsecas del país. Hay que decir que tenemos una sociedad civil, formada por una clase media, muy fuerte e influyente que se ha manifestado y ha luchado contra la corrupción porque no quiere tener los niveles de inmoralidad civil con los que cuenta, por ejemplo, Rusia. Estos movimientos sociales han sido muy bien captados por los medios de comunicación occidentales.

Unos medios de comunicación que han transformado su visión sobre Ucrania.

Finalmente, sí, pero les ha costado mucho hacerlo.

¿Cree entonces que ahora son mejor interpretados?

Seguro. Lo fácil sería decir que no tenemos ninguna realidad más allá del frente, pero los periodistas se han preocupado por contar en paralelo cómo es nuestra vida cotidiana, nuestro arte o nuestra cultura.

Ucrania nunca se va a rendir, así que quienes sostienen eso ya pueden abandonar esas expectativas.

Imagino que no le es ajeno el argumento de que si Ucrania cediera se podría evitar una Tercera Guerra Mundial.

No me gusta encontrarme con esos puntos de vista. Ucrania nunca se va a rendir, así que quienes sostienen eso ya pueden abandonar esas expectativas. Yo ahí añadiría algo más: vamos a ganar. No hay otra opción.

¿En un callejón sin salida como este, existe una esperanza para el pacifismo?

El pacifismo pertenece a un universo diferente al que vivimos. Porque si te rindes, las fuerzas de ocupación no te van a dejar vivir en paz, es más no te van a dejar vivir. Si vas a Bucha o a Jersón podrás ver lo que hicieron las fuerzas de ocupación con la gente: los abatieron, los aniquilaron.

Putin ha roto el tratado de desarme nuclear. ¿Va de farol?

No lo dude. Lo que intenta es amedrentar. No a los ucranianos que no le creemos, sino al público occidental. Si utilizara las armas nucleares él sería una de las primeras víctimas y no es tonto, porque Kiev no está tan lejos de Moscú como para que no les afecte. Son estrategias para influir en los pacificistas. Su ambición es perpetuarse y hacerse fotografías sentado con los líderes occidentales en una mesa muuuy larga, como la que utilizó con Macron. Eso no indica valentía, simplemente está jugando con el miedo.

En el CCCB se han citado muchos autores rusos que han huido del país. ¿Cree que Putin pueda caer si una oposición interna se hace fuerte?

Quizá sí. O quizá no. No es algo que me concierna. La cuestión no es lo que hagan ellos. Lo que importa es lo que hagamos nosotros y lo que tenemos que hacer es ganar, el éxito de nuestro ejército.

Y qué significará realmente ganar la guerra. ¿Podría existir una paz duradera?

En el pasado recuperamos nuestros territorios, el ejército ruso fue vencido. Así que nuestra idea de victoria es muy sencilla: todos los territorios hoy ocupados deben ser reconocidos por la ley internacional como territorios legalmene ucranianos, el país debe pasar a ser miembro de la OTAN y de la Unión Europea. Estas tres circunstancias componen la victoria.

Pero no se librarían de un vecino a la vez poderoso y humillado.

Eso es problema de Rusia. Quizá colapsen y acaben siendo un territorio más pequeño. Lo cierto es que si estamos en Europa no tendrán más remedio que respetarnos.

¿El conflicto va a generar obra literaria? ¿Va a escribir sobre ello?

En cada capítulo de mi próximo libro estará presente la guerra, pero no se mostrará de forma directa. Escribir algo estrictamente literario me cuesta mucho ahora porque lo más urgente es participar en la prensa de mi país y formar parte del debate público. Pero sí, necesariamente ahora no podría escribir otra cosa que no tuviera que ver con la guerra. Los escritores tienen que ser testigos de su tiempo.