CINE

El cineasta cordobés Manuel Lamarca expone a Alfonso Guerra en un documental

Muestra su visión del que fue vicepresidente de los primeros gobiernos de Felipe González a través de una larga entrevista

Manuel Lamarca se adentra en la figura de Alfonso Guerra.

Manuel Lamarca se adentra en la figura de Alfonso Guerra. / Rafa Alcaide / Efe

Álvaro Vega (Efe)

El cineasta Manuel Lamarca (Córdoba, 1974) expone en el documental Guerra Alfonso. El hombre detrás del político la visión del que fuera protagonista de la Transición desde la vicepresidencia de los primeros Gobiernos de Felipe González y la cúpula del PSOE, en casi diez horas de entrevista en la que no hubo «ningún veto, Alfonso Guerra se ha prestado con total solvencia». En el trabajo, premiado en el Pacífic International Film Festival de Canadá, Guerra se exhibe durante 155 minutos «con total amabilidad, sin rehuir ninguna pregunta y ha sido una obra artística realizada en plena libertad».

Lamarca, profesor de Medios Audiovisuales de la Escuela de Artes y Oficios Mateo Inurria de Córdoba, se muestra contento porque cree «sinceramente que se ha entregado en cuerpo y alma y, en ese aspecto he tenido muchísima suerte, es un testimonio en primera persona». A su juicio, «el documental será mucho más importante, si cabe, dentro de cincuenta años como testimonio, no solo Alfonso Guerra hombre, sino de la historia democrática de nuestro país».

Guerra hace una reflexión sobre el título del trabajo en su comienzo, al calificarlo de «polisémico», ya que «se puede interpretar de diversas maneras: vamos a ver lo que no se ha visto porque la política lo dominaba y que el hombre estaba detrás del político, una interpretación que no aceptaría. El hombre no ha estado detrás del político, el hombre ha estado delante», precisa.

En la parte editada, todo el material bruto se ha depositado por deseo de su director y del protagonista en la Filmoteca Española y está en proceso de hacer lo propio en la Fundación Pablo Iglesias a disposición de los investigadores, el político aborda temas controvertidos de la Transición.

Reconoce que al principio se temía que Juan Carlos I «iba a ser la continuidad de Franco y nos equivocamos, como toda la oposición democrática», y que el 23-F él «apoyó la democracia», hasta el punto de ser «garantía de continuidad de la democracia». Acusa de mentir a quien implicó al Gobierno en los GAL, por el que varios miembros del Ejecutivo y su entorno fueron condenados por ejercer la violencia de Estado contra ETA, un asunto en el que asegura ver cosas «muy oscuras» en la sentencia del Tribunal Supremo.

En el caso de su hermano Juan, cuyo papel fue cuestionado por ejercer influencias desde un despacho en la Delegación del Gobierno de Andalucía sin tener ningún cargo institucional, dice que le abrieron dieciocho procedimientos por parte de un juez que «estuvo dispuesto a hacer cosas fuera de la ley» y que todos fueron o archivados o acabaron en absolución. El único momento en el que el gesto relajado del político aparenta cambiar es cuando se le pregunta por su dimisión como vicepresidente, que justifica al ver pérdida la confianza por parte de Felipe González a raíz de una carta que le envió, pese a lo cual afirma que «no fue un día duro para mí, fue un día feliz, tenía ganas» de marcharse. El premio de Canadá no ha sido el único reconocimiento para Lamarca en las últimas semanas. Su libro Friedrich Wilhem Murnau ha recibido este año el Premio Libro de Cine de los Asecan.