Cuatro Goyas. Un Max. Tres Fotogramas de Plata. Dos TP de Oro. Un ACE. Un Sant Jordi. Un Feroz. Dos Biznagas de Plata. Un Espiga de Honor. No hay duda de que Verónica Forqué es una de las actrices más reconocidas de este país. No sólo por los galardones que se ha llevado a lo largo de sus 66 años, sino también por todas las emociones que ha despertado desde que debutó en 1972 con 'Mi querida señorita', de Jaime de Armiñán. De ahí que su muerte, este lunes, haya causado tanto impacto: la Policía Nacional ha hallado el cadáver de la actriz tras, según ha confirmado EFE, haberse quitado la vida en su domicilio de la capital.

Tal y como han relatado fuentes cercanas a la investigación, una persona llamó al 112 a las 12:49 horas para avisar de un intento de suicidio en una vivienda ubicada en la calle Víctor de la Serna. Hasta allí se han desplazado sanitarios del Summa 112, que solo han podido confirmar el fallecimiento. "No tengo buenas noticias. No me encuentro bien, estoy agotada. He luchado 10 semanas, de las mejores experiencias de mi vida. Usted sabe jefe que yo soy muy luchadora y estoy aprendiendo mucho. Que bien lo estoy pasando y que lástima siento por no poder estar a la altura pero es que no cuerpo, mi cuerpo no puede. Volveré cuando esté buena", explicó la actriz hace apenas unas semanas a los espectadores de 'Masterchef Celebrity'. Su participación en el concurso de TVE la había vuelto a colocar en primera plana, protagonizando alguno de los momentos más icónicos de la edición. Sin embargo, sin apenas esperarlo, decidió abandonar por motivos de salud.

Un episodio que la intérprete vivió unos años antes de manera muy intensa: en 2014, quedó sumida en una profunda tristeza tras la muerte de su único hermano, el director de cine Álvaro Forqué, y la abrupta separación del padre de su hija, Manuel Ibarra. Esto le llevó a perder más de diez kilos. Pero, sobre todo, su sonrisa. La misma que, muchas otras vez, había hecho brillar 21 obras de teatro, 41 películas y 22 series.

Su pasión por el arte le llegó bien pronto. La hija de director José María Forqué y la escritora Carmen Vázquez-Vigo recogió el testigo familiar a muy corta edad y se subió a las tablas de la mano de sus padres. De hecho, sus primeros papeles llegaron gracias a ellos ('Una pareja... distinta', 'Madrid', 'Costa Fleming', 'El segundo poder'). Sin embargo, rápidamente empezó a llamar la atención de directores de la talla de Antonio Mercero ('La guerra de papá'), Carlos Saura ('Los ojos vendados'), Pedro Almodóvar ('Matador') o José Luis García ('Las truchas'). Y así, poco a poco, se fue fraguando un huequito en la comedia que la catapultó a sus primeros premios: ya en 1985, conquistó el Fotogramas de Plata por la serie 'Platos Rotos', de Carlos Serrano. Y, al año siguiente, ya se hizo con el Goya (por 'El año de las luces', de Fernando Trueba) y el ACE (por '¿Qué he hecho yo para merecer esto?', de Pedro Almodóvar). Como curiosidad, fue la primera actriz en lograr dos cabezones en la misma ceremonia. Ocurrió en en 1987, gracias a su papel protagonista en 'La vida alegre' y a su papel de reparto en Moros y cristianos. Un hito que no se ha vuelto a repetir hasta 2016 con Emma Suárez.