El gaditano Abraham Guerrero cosecha varios premios en su trayectoria poética y narrativa, lo que resulta significativo en un autor que dice que sus poemas son «muy narrativos» y sus narraciones «muy poéticas». Ganador del premio Adonáis en 2020 por Toda la violencia, acudió como invitado a Cosmopoética en 2018, cuando ganó Ucopoética. En su vuelta al Festival se siente «más curtido», sobre todo por traer a Orive, esta tarde, versos sobre las maldades contemporáneas del mundo.

¿Cómo asume el recibimiento de un premio tan deseado por los poetas emergentes como el Adonais?

Para un poeta sin una obra con reconocimiento, resulta una alegría absoluta. Es como entrar en un nuevo grupo de autores consolidados de la poesía española. Te cambia la vida porque la obra premiada recibe mucho más interés.

¿Cómo ha sido la evolución de ‘Los días perros’ a ‘Toda la violencia’?

Con Los días perros tuve una fuerte voluntad de experimentar. Quise hablar de temas que me preocupaban en mi día personal, de los cambios que me afectaban como joven español que estaba viviendo la crisis. Desde el punto de vista formal, me desprendí de cuestiones técnicas. Al pasar por el taller de Ucopoética, con el poeta Javier Fernández, me di cuenta de que Los días perros era difuso, los poemas fallaban a veces en la concreción, se perdía en las temáticas. Así que me centré en la creación de una voz más potente y, de manera consecutiva, surgió Toda la violencia, donde enlazo temas como la muerte, la familia, el capitalismo, que giran en torno a una violencia no tanto física como emocional, causa de factores externos.

¿Cree que la cultura contemporánea está impregnada de violencia?

Sí, claro. Vivimos en una sociedad de lo inmediato, que repercute en las emociones y el pensamiento del individuo. Las familias, desde el concepto tradicional, ya no existen, se desmoronan. El amor es inmediato y efímero. Las instituciones han impuesto unas normas o necesidades a mi generación por las que no hemos obtenido ningún pago. No tenemos fácil ser padres ni independizarnos. Tenemos que recurrir al funcionariado por las dificultades enormes de emprender. En el poemario me centro en las dificultades que implica ser un joven español afectado por sucesivas crisis.

¿Podríamos decir que es un poeta de lo cotidiano?

Lo soy, por la influencia de autores como Manuel Vilas, Pedro Sevilla o Erika Martínez, que parten de lo inmediato para reflexionar. Aunque la poesía no es el único género que me conmueve. Tengo una mirada bastante narrativa que reflexiona a partir de pequeños detalles. La violencia de mis textos está construida a partir de estampas cotidianas que me han impactado.

¿Su forma de entender la creación es desde la reivindicación?

He estado reflexionando mucho sobre ello. Ahora me encuentro en una posición en la que no me sale escribir sobre otros temas. Considero que el creador debe tener un compromiso con su tiempo, poner los problemas sobre la mesa desde la belleza poética. La poeta cordobesa Isabel Pérez Montalbán es un ejemplo para mí en este sentido porque habla con rotundidad y entereza de aspectos que nos puede dar pudor denunciar. Estoy embebido en su obra, me está sirviendo para reafirmarme en mi necesidad de escribir sobre las problemáticas que me rodean y sobre las debilidades del ser humano dentro del sistema capitalista.

¿Le ha influido el sentimiento general de desencanto que se vive en Cádiz?

Soy un poeta que escribe desde el desencanto. Ser andaluz y gaditano ha repercutido en mi personalidad y mi manera de ver la vida. Suena frívolo, pero cuando eres andaluz y ceceante tienes que justificarte más en tus actos. En toda la violencia hay un poema que se llama 'ceceo', en el que trato la violencia cultural que ha sufrido el ceceante, y que no sufren otras partes geográficas. Tiene un estigma de falta de cultura. Como profesor de lengua y literatura reivindico que ser andaluz y ceceante no implica no tener cultura.

¿De qué nos sirve la poesía frente a la violencia?

La literatura no soluciona nada, pero lo alivia todo. Sin la literatura no podría vivir.

¿Está preparando nuevas obras?

Tengo un libro de relatos terminado, un género que me apasiona, y un poemario bastante avanzado. No he parado de escribir desde la publicación de Los días perros. No sé qué ocurrirá con estos libros, pero siempre tengo varios proyectos entre manos.