La dulce boca que a gustar convida es uno de los sonetos amorosos de Luis de Góngora, quizá uno de los más conocidos, pero esta composición es mucho más que eso, supone una gran innovación sobre los modelos poéticos vigentes en su época y una redefinición de las relaciones eróticas hechas verso.

Son algunos de los detalles que ayer comentó sobre ese texto Pedro Ruiz Pérez, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Córdoba y miembro fundador del Grupo PASO, dentro del ciclo de conferencias online El infinito en pie: 8 poemas de Góngora comentados, que organiza la Cátedra Góngora y dirige Joaquín Roses. Según Ruiz Pérez, «el cambio radical que encontramos en su tratamiento es la base de una redefinición de las relaciones eróticas, muy alejada ya de los modelos dominantes».